lunes, 29 de diciembre de 2008

No podía terminar el año de otro modo

Una pequeña licencia en mi última entrada del año. Para cuando vuelva a escribir ya será 2009, ya habré dejado atrás este año que ha sido (está siendo) el más intenso, vivido y variado de mi vida.

LETRA DE LA CANCION DE CAMILA

COLECCIONISTA DE CANCIONES

Tu, coleccionista de canciones
dame razones, para vivir.
Tu la dueña de mis sueños
quedate en ellos y hazme sentir.

Y asi en tu misterio poder descubrir
el sentimiento eterno.
Tu con la luna en la cabeza
el lugar en donde empieza
el motivo y la ilusion de mi existir.

Tan solo tu, solamante quiero que seas tu
mi locura mi tranquilidad y mi delirio
mi compas y mi camino
solo tu, solamente quiero que seas tu
pongo en tus manos mi destino porque vivo
para estar siempre (siempre) siempre siempre contigo amor

Tu, coleccionista de canciones
mil emociones son para ti
tu lo que soñe mi vida entera quedate en ella
y hazme sentir y asi ir transformando la magia de ti en un respiro del alma

Tu con la luna en la cabeza
el lugar en donde empieza
el motivo y la ilusion de mi existir

Tan solo tu, solamente quiero que seas tu
mi locura mi tranquilidad y mi delirio
mi compas y mi camino
solo tu, solamente quiero que seas tu
pongo en tus manos mi destino porque vivo
para estar siempre contigo

Ya no queda mas espacio en mi interior
haz llenado con tu luz cada rincon
es por ti que con el tiempo mi alma siente diferente

Solo tu, solamente quiero que seas tu
mi locura mi tranquilidad y mi delirio
mi compas y mi camino
solo tu, solamente quiero que seas tu
pongo en tus manos mi destino porque vivo
para estar siempre (siempre) siempre siempre contigo amor

domingo, 28 de diciembre de 2008

Campaña pro lectura en televisión

Desde luego que la tele está para no verla. Si son vacaciones, ¿Por qué no se las arreglan para que sea un poco más visible? Digo yo, que con el frío, el mal tiempo y las vacaciones, todo el mundo pasa más horas sentado en casa, y podrían aprovechar para enganchar a la gente.

Esta mañana, después de hacer zapping durante algunos minutos:
- Dibujos animados con acento panchito en dos cadenas.
- Un programa doblado en el que se hacía un prueba de qué era más efectivo para quitar el olor de pies: si el agua con jabón (en un pie) o un barreño con vodka (en otro pie).
- Reportaje sobre el voluntariado en un convento.
- Reportaje sobre el libro de turno de todas las navidades sobre el Papa.
- Reportaje sobre el museo del botijo (verídico)

Sencillamente alucinante.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Un poquito de metalectura

Ya me he terminado El juego del ángel. Ahora lo colocaré en la estantería probablemente a esperar que alguien más de mi casa lo lea porque, por suerte, "reciclamos" los libros, porque a todos nos gusta leer y así el mismo libro tiene un ciclo de vida más largo y no se pone a acumular polvo tras haber sido leído una sola vez.

De cualquier modo, he recuperado algunos pequeños fragmentos que me apetece reproducir aquí porque me han llamado la atención, porque me han movido algo por dentro, porque me han dejado pensando, porque me ha afectado especialmente el leerlas:

- [...] Sé que se siente solo, y créame cuando le digo que ése es un sentimiento que también conozco profundamente. Sé que alberga en su corazón grandes esperanzas, pero que ninguna de ellas se ha cumplido, y sé que eso, sin que usted se dé cuenta, le está matando un poco cada día que pasa.


- ¿Sabe lo mejor de los corazones rotos? - Preguntó la bibliotecaria.
Negué.
- Que sólo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños.


Levantó la mano como si quisiera saludar, pero no llegó a desplegar los dedos. No tuve el valor de sostenerle la mirada y me di la vuelta, alejándome calle abajo. Me temblaban las manos y las metí en los bolsillos para que no me viese. Antes de doblar la esquina me volví una vez más y comprobé que seguía allí, mirándome. Para cuando quise odiarle, me faltaron fuerzas.


- Le interesa lo mismo que a usted. [...] Le interesa espantar la soledad y no perder el tiempo en comprender que en este perro mundo nada vale un céntimo si no tenemos a alguien con quien compartirlo.


- No quiero que te vayas a ninguna parte. No quiero que vuelvas a irte nunca más, ¿Me oyes?
- No soy buena compañía, David.
- Ya somos dos.
- ¿Lo decías de verdad? ¿Lo de irnos lejos?
Asentí.
- Mi padre solía decir que la vida no da segundas oportunidades.
- Sólo se las da a aquellos a los que nunca les dio una primera.


- No la deje escapar- dijo Isabella-. Búsquela, dondequiera que esté, y dígale que la quiere, aunque sea mentira. A las chicas nos gusta oír eso.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Para qué escribir

No sé por qué sigo escribiendo. Me da la sensación de que todo lo que escirbo cae en saco roto, que ni me reconforta, ni sirve a nadie, ni a nadie gusta, ni nadie lee, y ni siquiera a mi me gusta releer. ¿Para qué sirve tener un diario? ¿Para qué sirve recordar reflexiones? ¿Cuál es la utilidad de lo escrito?

Cuando me enfrento a la pantalla en blanco y tecleo, como hago ahora, me enfrento a mis pensamientos y los saco a tientas, sin detenerme demasiado a elegir qué escribir y qué no. La mayoría de las veces, ni siquiera lo hago por necesidad, sino por costumbre. Una suerte de vanidad que me hace creer que mis ideas sirven para algo. Pero eso dura un instante, el único momento de plasmarlas en la red. En cuanto visualizo mi nueva entrada de blog terminada me doy cuenta de que lo que pongo no son más que "paparruchas", como diría Mr. Scrooge, banalidades con forma pretenciosa, pero que no son más que ideas de una cabeza hueca que escribe creyendo que así se rellenará. Pero eso no ocurre. Lo cierto es que estoy sola, tan sola como solitaria lo es la actividad de la escritura, tan sola como veo esta página que lleva por título blog, y que no es ni cuaderno de bitácora ni nada. Que solamente es una sucesión errática de ideas idiotas que lucha por hacerse un hueco y buscarse una utilidad sin encontrarla. Ni siquiera para mí.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Pantalones vaqueros


Ésta es un homenaje a todos esos pantalones vaqueros que subieron tantas noches las escaleras hasta ese primer piso, para amanecer yacentes en el suelo de madera carcomido. Presurosos bajaban, en ocasiones para volver esa misma noche, en otras para no volver a ser vistos jamás. Pequeños retales de amor que fueron componiendo la colcha que cubre mi vida, con ilusiones entretejidas de lo que podría haber sido y nunca fue.

Sonrisas, caricias y palabras dulces, ojos claros que acompasaban mi vida conforme iba descubriendo las verdades de la vida, ojos que tenían una leve diferencia de tonalidad, más redondos, más rasgados, pero siempre eran de él. Esos ojos que me miraban sinceros y me hacían creer cosas absurdas y me enseñaron que se aprende a base de caídas. Que las princesas no existen, que de ensoñaciones también se vive pero peor, que los niños perdidos existen –y a veces se pierden a propósito-, y que no se deben enviar demasiados mensajes al móvil. Entre otras muchas cosas.

Había veces que esos vaqueros caídos que subían mis escaleras lo hacían entremezclados con los míos, casi a trompicones, a medias de los besos y el caminar, y en otras ocasiones ascendían sigilosos y rápidos, parándose en la puerta de un suelo que crujía a cada paso. Me dieron probablemente menos de lo que me quitaron, pero rebuscando en sus memorias, encuentro, como joyas, ciertos momentos para los que merece la pena detenerse a recordar. Gracias a todos ellos, o gracias a él. Porque siempre eres el mismo, el que me hace reír de felicidad, y llorar hasta con el corazón, el que me hace sentir princesa pagana de un trono de hoja caduca.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Quiéreme cuando menos lo merezca, que será cuando más lo necesite


¿Y ya está? ¿Y ya se terminó? No, no puede ser asi. Yo no me lo puedo creer. Sé que he hecho todo lo que he podido, y que no todo tiene arreglo. Pero es que hay algo dentro de mí que me dice que sí hay algo más, que no está todo perdido, que es cuestión de tiempo y paciencia. Tiempo y paciencia, qué dos palabras más difíciles para mí. Pero si así se consigue, se hará lo que se pueda. Conozco la sensación de presión, el no querer que nadie dependa de mí, sé lo que es querer ir a mi ritmo sin que nadie esté pendiente de si voy a paso lento o rápido. Sé que eso agobia. Así que no esperaré. No haré nada, seguiré mi vida. Pero quiero estar a su lado en sus malos momentos, y si hay días en los que piensa que no, y días en los que piensa que sí, que me tenga a su lado cuando piense que sí. Quiero que vea que sé estar con él, que tengo la flexibilidad suficiente como para moldearme sin perder mi forma. Quiero que recupere esa alegría y esas ganas de vivir, esa energía y esa iniciativa, que fue lo que me enamoró. Ese hombre existe aún, quiero estar cuando vuelva, que me busque cuando esté de nuevo por aquí, y que no se olvide de mi mientras tanto. Y en ese intervalo en el que se recupera, no estaré con él si no quiere, pero si me necesita a ratos, ahí estaré. Sin exigir, sin pedir, yo a lo mío, a vivir mi vida que no es poco, pero mirándole de reojo. Yo tengo también tela que cortar, me tengo que preocupar por mí, necesito estar pendiente de mi persona, que la tengo muy olvidada. Lo primero, de mi aspecto, y al mismo tiempo, mi interior. Tengo que volver a ser guapa por fuera y por dentro, aunque no sé por dónde empezar, y no encuentro las ganas ni el estímulo para hacerlo. ¿Por qué me abandoné? ¿Por qué dejé de ser egoísta? Él me obnubiló, me prendó, me enamoró. Me vi bella a su lado, y horrenda al marcharse. Él no me hizo mal, sólo que me enamoré tanto que al buscarle tanto, olvidé cuál es el sendero de vuelta a mi persona. Y si él se marcha, yo me pierdo.

Si él se marcha, mi vida se vuelve gris. No quiero ser compañía a la sombra de nadie, quiero brillar, reaprender a disfrutar. Quiero volver a sentir que la vida es una maravilla, que cada día es un regalo. Sólo que siento que sin él, ese día a día es un regalo envenenado. Y todo eso porque sé que está sufriendo, que no está bien y que rechaza el amor porque no es capaz de asimilarlo ni de darlo, pero precisamente ahora es cuando más lo necesita... y se lo tengo que dar, le tengo que ofrecer todo mi yo, todo mi cariño, mi apoyo, en la forma en que más le convenga, como él lo prefiera. Porque la frase "quiéreme cuando menos lo merezca, que será cuando más lo necesite" es una frase que nunca se debe decir en primera persona, es algo que no se debe pedir, sino que se tiene que percibir por los demás.

Aún quedan ese apartamento de playa juntos, esa casa rural, esas clases particulares de salsa, vivir la feria juntos, besarnos de nuevo en Bayswater, y tantas cosas más que sé que el destino quieren que pasen. Si es a largo plazo, esperaré, no importa, pero como que estoy viva, que ahora le tengo que apoyar en su mal momento. Dure el tiempo que dure.

Por qué no es posible...

Te enviaré un ramo de besos que hice con mi corazon,
y en el cielo dormiremos entre nubes de algodon,
gritaré a los cuatro vientos,
que eras tu la ilusion que llevaba dentro,
y veras como es posible nuestro amor.

Si los hombres han llegado hasta la luna,
si desde Sevilla puedo hablar con alguien que este en Nueva York,
si la medicina cura lo que antes era una muerte segura,
dime porque no es posible nuestro amor.

Si la bella con un beso convirtio a la bestia en un galan,
si las flores se marchitan y mas tarde vuelven a brotar,
si hay abuelos que se quieren,
y su amor es todo lo que tienen,
dime porque no lo vamos a intentar.

Te enviare un ramo de besos que hice con mi corazon,
y en cielo dormiremos entre nubes de algodon,
gritare a los cuatro vientos,
que eras tu la ilusion que llevaba dentro,
y veras como es posible nuestro amor.

Si hay poemas que se escriben con el alma,
y miradas que se empañan cuando suena una cancion,
si los ojos son sinceros,
cuando alguien te mira y se escapa un te quiero,
dime porque no es posible nuestro amor.

Si en la clara colaciones y en los rumores del habad,
si la gente ya se enciende y despues se vuelven apagar,
si amanece cada dia,
si hay momentos que valen toda una vida,
dime porque no lo vamos a intentar.


Te enviaré un ramo de besos que hice con mi corazon,
y en el cielo dormiremos entre nubes de algodon,
gritare a los cuatro vientos,
que eras tu la ilusion que llevaba dentro,
y veras como es posible nuestro amor.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Remedios


Los hay que van a la virgen de los Remedios a pedir cura. Le piden por aquél que al que quieren, y con sus plegarias suben a la ermita, con sus plegarias y su carga, con toda su alma y su fe. La carga es su pena, su angustia, su dolor. Suben por una pierna que duele al caminar, por un pulmón que no respira.

Y así, cargaditos de peticiones, toman la cuesta arriba aun cuando por su pena hay días en los que es duro levantarse de la cama. Fieles, cobardes o valientes, se arrodillan ante la pequeña imagen que de repente se torna grande y poderosa, y confían en ella lo mejor que tienen.

Virgen de los Remedios, yo también te pido. Pero no te pido por un brazo o una pierna, sino por dos corazones que duelen. Dos corazones dañados, uno por no sentirse amado y otro por no saber cómo amar. Virgencita, haces surgir hasta mi fe, y con toda mi alma te ruego que cuides su corazón, que le acaricies esa herida que le ha dejado marca y se la hagas desaparecer. Pequeña figura, tanta fe mueves que seguro algo puedes hacer. Ojala de tu voluntad surja el cuidarle como yo no sé.

No te ofrezco nada porque nada tengo que a Ti te sirva. Solo te presento mi plegaria, y no te entrego mi corazón pues lo tiene él. Cuídale mucho, Madre, cuídale.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Con permiso de El Último de la Fila...


¿Dónde estabas entonces cuando tanto te necesité?
Nadie es mejor que nadie pero tu creíste vencer.
Si lloré ante tu puerta de nada sirvió.
Barras de bar, vertederos de amor...
Os enseñé mi trocito peor.
Retales de mi vida,
fotos a contraluz.
Me siento hoy como un halcón
herido por las flechas de la incertidumbre.
Me corto el pelo una y otra vez.
Me quiero defender.
Dame mi alma y déjame en paz.
Quiero intentar no volver a caer.
Pequeñas tretas para continuar en la brecha.
Me siento hoy como un halcón
llamado a las filas de la insurrección.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Un ancla a este mar

Hay una voz que me pone melancólica y tonta. Que me hace soñar cosas que desde mi adolescencia no soñaba, que me hace desear tener la capacidad de acariciar las palabras con tanto terciopelo y tanta dulzura. Hoy es sábado por la tarde, escucho sin cesar a Mónica Molina y durante la semana me han asaltado varias ideas sobre las que escribir una entrada nueva de blog. Sin embargo, al final de la semana solamente quiero relajarme y pensar poco, tener un rato amable y pensar en positivo, así que no haré ni el pequeño esfuerzo de recoger esas reflexiones para trasladarlas a este rincón.

Hoy no quiero pensar en "qué pasaría si...", no quiero atarme a ningún plan... aunque eso no etá en mi mano y desafortunadamente, no lo puedo evitar. Hoy me gustaría ser tan libre, tan libre, que me diese todo igual y poder hacer lo que quisiera cuando quisiera. Sin preavisar, sin horarios. Sin preparativos. Pero como no se pueden chascar los dedos y estar lista para la ocasión sin haber previsto lo que vas a hacer, para la hora a la que lo quieres hacer y con quién lo vas a hacer, la única solución es darme mi tiempo para remolonear hasta la hora en la que deba estar activa. Sin pensar mientras tanto en nada que implique trabajo de memoria, imaginación o planificación.

Hay momentos en los que desearía que todos los relojes de mundo se detuviesen, para tomarme el tiempo que necesitase para saborear el momento en su plenitud. Darle a la pausa y reacrearme en cada detalle y en cada sensación sin el apremio que provoca el pasar de los minutos y la dependencia de la siguiente escena. Disfrutar ese momento durante el tiempo deseado, poder elegir cuándo finalizar, arrancando poco a poco hacia la vida habitual. Anclarme a un puerto sin que la marea me lleve a donde ella elija, y tampoco tener que esforzarme por remar a contracorriente si no me apetece remar. Solamente quedarme donde estoy, parada segura, tranquila, observando con calma el panorama. Sería perfecto...

Pero se siente, lo perfecto no existe. Quizá por eso lo buscamos sin cesar, porque no hay nada más apasionante que la lucha en la que no hay nada que ganar, porque seguramente tampoco haya nada que perder.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Con los pies fríos

Sentada en la cama, con las piernas cruzadas, a medio vestir y sin la voluntad suficiente como para terminar nada empezado, ni siquiera el sencillo gesto de ponerse el pijama. Se terminaba el día, la semana laborable, y quién sabe si algo más. Si, entre los segundos que se arañaban al día, que llegaban perezosos durante un viernes por la tarde, había algo que se despedía para siempre. La pesadumbre junto a la resignación cristiana, y una falsa calma que hervía en su interior daban como resultado la incóngita más absoluta. Puede que la ecuación más difícil que tuvo que resolver en sus aún no muchos años de vida.

Oyendo canciones no demasiado alegres, ni demasiado tristes, para que nada alterase su estado de ánimo, preguntándose por el camino que había seguido, siempre con paso firme, y que ahora parecía haber tornado a vericueto tenebroso, lleno de maleza. Pero el sendero marcha atrás era imposible, el polvo borró sus pasos y no sabía cómo dar marcha atrás. Perdida como estaba, sólo quedaba continuar caminando, esperando que la luz volviera a aparecer.

Sin planes o proyectos, sin esperar nada más. Con miedo a la frustración, la mejor elección pues, era no esperar nada. De nadie, de nada. En la búsqueda de la felicidad se tropezó, se perdió, estuvo segura de haberla encontrado, más tarde de no poder encontrarla nunca. A aquellas alturas, ella ni siquiera sabía si esa felicidad estaría o no al final del camino. Sólo que tenía que seguir caminando con la cabeza alta, dando siempre pasos al frente. Pero la frente se comenzaba a marchitar, y los hombros flojeaban en su tarea de sostenerla, como en esa posición en la que estaba, a medio vestir, pasando algo de frío, y sin voluntad de abrigarse.

Pero, como decía la canción, con los pies fríos no se piensa bien, y para saber todo lo que quería saber, primero era necesario responder ¿Quién era ella?

Dicen que nunca lo supo.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Camino de vuelta


Es un domingo. Hoy hace sol, pero si miro por mi ventana, obtengo un paisaje que es muy diferente si se mira desde otra ventana desde otro lugar de la ciudad. El sol sale para todos, pero cada cual lo interpreta a su manera. Para mí es un sol estático, otoñal, inseguro, que aparenta alegría y fuerza, pero traicionero en su esencia, ya que no se puede adivinar si mañana lloverá.

Pero al mismo tiempo que yo me levanto, abre los ojos otra persona que quizá esté sufriendo en su vida. Que haya recibido una noticia demoledora, que haya sufrido un desengaño o que quizá se sienta desesperanzada o asustada. Los mismos rayos nos bañan a ambos, y puede que para esa persona la luz brillante que luce hoy, sea una paradoja sobre su estado de ánimo. A mi alrededor hay incontables historias particulares, y a veces me siento culpable por no saberlas captar.

Sé que hay una persona que desde hace pocas semanas se despierta con una ilusión renovada, que lo creyó todo perdido y ahora siente que no. Que él ha hecho por ella el gesto que nunca se esperó. Sé que ella tiene miedo, que ahora es su momento para demostrarle lo mal que se lo hizo pasar… pero deseo tremendamente que valore la oportunidad que en forma de jugada maestra la vida les está invitando a vivir, que quién sabe que conjuntos de experiencias han provocado una sucesión de pensamientos que han hecho que, nuevamente, él vuelva, como lo ha hecho siempre, esta vez gráficamente. Tenéis tanta suerte de teneros a ambos, ojala su cuento termine con las perdices.

Tantas cosas podría decir de esto que las palabras se me rompen y se me atropellan. No me siento preparada para verbalizarlo, pero necesitaba escribir algo sobre ello.

lunes, 3 de noviembre de 2008

El valor que no se ve


Siempre me gustó esta canción, sin saber que un día experimentaría que es verdad hasta sus últimos extremos. Queda algo atrás en el tiempo respecto a la vivencia que cuenta, no refleja mi presente, pero solamente cuando está superado, he sido capaz de descubrir lo ciertas que son esas palabras. Que cuando te dicen "se sale, se consigue, ahí fuera hay algo más", no es sino la pura realidad. Como casi todo en la vida, deberíamos saberlo antes de que ocurriese, pero hasta que tus propias carnes no lo prueban, es imposible hacerte a la idea. Concretamente, perder la esperanza por todo. Abstractamente, se puede aplicar a cualquier ámbito de la vida.

Me queda agradecer a todos aquellos que persistieron en demostrarme que había luz y dónde estaba, aquellos que aguantaron malas caras y malas palabras, aquellos que me miraron a los ojos cuando yo no quería saber nada de nadie. No puedo expresar con palabras mi gratitud ni lo en deuda que me siento, ni tampoco lo importantes que se han convertido para mí y el hueco tan grande que tienen en mis afectos. Puede que, además, por haber aparecido por el flanco que menos me esperaba, y haber sido mi linterna en la oscuridad más tenebrosa. Sin pedir nada, sin deberme nada.
Hay días en los que la vida se llena de porqués,
la esperanza se preocupa por quererlos resolver,
desconfías de la gente, del amor y piensas que
no es posible que se sufra más que tú.

Y esos días tú te rindes al mundo en torno a tí,
para no sentir el miedo del valor que no se ve,
y te sientes tan perdida que ya no puedes más,
sin la fuerza que te da la vida.

Busca una salida, un mañana que
cure las heridas que hay dentro de tí,
lucha por vivir, con ese valor que no se ve.

Equivocarse nunca importa, vuélvelo a intentar,
si una puerta se te cierra, otra puerta se abrirá,
lo que en realidad importa es no renunciar jamás,
pues tal vez estés a un solo paso...

Busca una salida, un mañana que
dé una nueva vida a todo el mundo que
luchará con fe, con ese valor que no se ve.

Por todos ellos, échale valor,
por quien lo pierde y lo va buscando,
por los que se sienten tan mal como tú,
por esos que esperan sin desesperar, como tú

Busca una salida, un mañana que
dé una nueva vida a todo el mundo que
sólo por dolor no se pierda en el camino.

No te rindas nunca, busca en tu interior.
Busca la salida, el mañana que
vuelves a tener dentro del valor que no se ve.

sábado, 1 de noviembre de 2008

De la piratería


Recojo este artículo publicado con fecha de hoy, escrito por Aceprensa.com:

En defensa de la piratería

Lawrence Lessig, profesor en la Stanford Law School y cofundador de Creative Commons, sostiene que las leyes de copyright han quedado anticuadas en la era digital, y propone que dejen copiar libremente y se limiten a regular el uso de las copias (The Wall Street Journal, 11 octubre 2008).

Lawrence Lessig ha censurado en otras ocasiones las normas norteamericanas sobre derechos de reproducción (cfr. Aceprensa 81/03 y 66/07), por cierto similares a las de otros países. En la actualidad forma parte del consejo directivo de la Electronic Frontier Foundation, que promueve la libertad de los usuarios de Internet. A su juicio, la lucha contra la piratería, en los términos en que está planteada, es en realidad una guerra preventiva contra la creatividad. Además, entre otros daños colaterales, provoca la criminalización de los usuarios, en especial adolescentes y jóvenes, en una reacción desproporcionada a la descarga e intercambio de objetos audiovisuales mediante Internet.

Lessig suele poner como ejemplo el recurso de los escritores y ensayistas a la cita, un procedimiento en el que no hay problemas legales parecidos: “Mientras los escritores de palabras tienen libertad para citar desde tiempo inmemorial, los ‘escritores’ de tecnología digital todavía no han obtenido este derecho. En vez de esto, los abogados [de las casas discográficas, productoras de cine, etc.] insisten en que se necesita autorización para incluir obras protegidas en cualquier obra nueva”. La “cita” de obras audiovisuales es muy frecuente en vídeos de entornos de amigos y familiares colgados en YouTube y en las distintas redes sociales. Pero esta práctica del remix amateur es duramente perseguida por los servicios jurídicos de las empresas discográficas.

Para adaptar las leyes de copyright al moderno entorno digital, Lessig propone algunos cambios fundamentales. El primero es liberalizar el remix amateur: “Necesitamos restablecer una ley de copyright que deje libre de regulación la creatividad amateur”. Bastaría establecer un sistema de compensación a los autores de las obras “citadas” para los casos en que el remix sea distribuido públicamente.

En segundo lugar, dice Lessig, habría que desregular la copia. Actualmente, “las leyes de copyright se ponen en acción siempre que se produce una copia. En la era digital, donde cada uso de una obra de creación produce una ‘copia’, ese mecanismo tiene tan poco sentido como regular la respiración. La ley tendría también que renunciar a su obsesión por la ‘copia’ y centrarse, en cambio, en los usos”.

El artículo comienza con un ejemplo que muestra las exageraciones a que puede llevar la obsesión por la copia. Una madre grabó un vídeo casero de su hijo de trece meses bailando al son de una canción de Prince. Quería enviarlo a los familiares y amigos, pero como no resulta cómodo transmitir un vídeo por correo electrónico, lo colgó en YouTube y les remitió el enlace. Algún tiempo después, Universal, propietaria de los derechos de reproducción de las grabaciones musicales de Prince, obligó a YouTube a retirar el vídeo, por considerarlo una infracción del copyright. Pero, como dice Lessig, todo el interés del vídeo está en los graciosos movimientos del niño; la canción de Prince se oye mal, y nadie usaría esa grabación para ahorrarse la compra del correspondiente disco o archivo MP3 de Prince: por tanto, no hay lucro cesante para Universal ni para el artista. Así pues, aunque el vídeo incluye una copia de la canción, el uso es claramente no comercial, por lo que no debería estar limitado por la reserva de derechos.

Otra de las propuestas de Lessig es despenalizar la circulación de copias privadas. “La guerra contra el intercambio de archivos entre particulares [P2P] es un fracaso. Después de una década de campaña, la ley no ha reducido el intercambio ni ha compensado a los artistas”. Por tanto, habría que pensar medidas para que los artistas cobren por sus obras, sin intentar detener el intercambio.

El artículo es un anticipo del nuevo libro de Lessig, titulado Remix, que salió unos días después. The Wall Street Journal publicó el texto de acuerdo con la editorial y consignando al final la reserva del copyright a favor de Lessig. Los fragmentos traducidos aquí están amparados por el derecho de cita.

domingo, 26 de octubre de 2008

Canciones en el corazón

Con el corazón encogido y un nudo en la garganta escribo estas líneas. Estoy escuchando las canciones del disco de La Oreja de Van Gogh y podría decir que cada canción me gusta más que la anterior, pero no es eso cierto. Lo cierto es que hay frases que me tocan directamente el corazón, y que puede que sea porque estoy especialmente sensible, o porque le busque sentido a todo, pero hay entonaciones, acordes o estrofas que me envuelven y me aprietan en el pulmón. Quisiera tener esa facultad, la de escribir canciones hermosas, la de sensibilizar hasta tal punto que con mi voz conmueva a alguien que jamás me haya conocido, y ser capaz de hacer revivir sensaciones mías a oyentes cuya vida nada tenga que ver con la mía.

Pero como no es así, solamente puedo dar gracias porque haya personas regaladas con ese don, y nos puedan hacer disfrutar, aunque sea colocándonos a los demás lágrimas en los ojos, de emoción y de sentimiento, y pedir que si tienes esa suerte, fomentes tu cualidad y que el resto podamos disfrutar de ti.

De nuevo, la música presente en tantos momentos delicados e importantes...

Orden en el desorden

Como casi siempre... escribiendo en mi blog una vez a la semana, esa vez a la semana que me recuerda que tengo un tiempo para mí, que aún existe ese pequeño espacio donde todo está en su sitio, y todo sigue en su sitio simplemente porque yo sigo en mí.

Puede que sea caótica, incoherente e imprevisible, pero yo, al igual que mi dormitorio, mi baño, o mi mesa de trabajo, vivo en mi interior en un desorden ordenado. Me comprendo a mí, y a pesar de que no sepa lo que quiero ni lo que no quiero, soy consciente de esa duda, y la mantengo y la asumo. Sin discutir con ella, en una tranquila convivencia donde ambas nos toleramos. Incertidumbre y yo nunca nos hemos llevado bien, pero a fuerza de pasar tiempo juntas nos hemos cogido cariño, y como los toros, hasta querencia (Dios me libre de cualquier alusión a cuernos).

Aún no he encontrado ese hueco para hacer las pequeñas y las grandes cosas que mi día a día no me deja ubicar donde quiero, pero el desorden tampoco es total. Por ahora hay demasiado en el aire, y trato de ir capeando como puedo los temporales que arrecian de vez en vez. Por ahora no los capeo demasiado mal, y eso me reconforta y me reconcilia conmigo misma. Nunca pensé que una vida tan activa y tan poco rutinaria la podría llevar con tanta soltura y hasta con alegría. Nunca creí que, estando cansada, una actividad especialmente dura me serviría para relajarme. De vez en cuando descubro cosas en mí que me hacen ver que estaba muy equivocada cuando la automanía persecutoria se encontraba cómodamente instalada en mi cabeza.

Aún tengo mucho que desahogar, pero ni siquiera sé si quiero que sean "capítulos que cerrar", expresión un tanto absurda que he oído hoy (y que ni siquiera sé si quiero incluir en mi blog, pero lo dejaremos como un pequeño guiño). Me gustaría poder escribir algo bonito y original, una actualización conmovedora y tierna, de esas ñoñas pero innegablemente bonitas, y que erizase un poco la piel del lector. Sin embargo, puede que todavía no tenga estructura el desorden de mis pensamientos y, simplemente, deba dedicarme a publicar entradas errantes e inconexas aunque ciertamente positivas, que no son sino fiel reflejo del estado mental de su autora.

lunes, 20 de octubre de 2008

Sin tiempo de ná


Pues eso, que lo que dice el título, que no tengo tiempo de nada, y no quiero que mi blog pase a engrosar la lista de blogs polvorientos y olvidados que vagan por la red, pero es que cuando llego a casa... ¡Nescafé Capuccino! Que nooo... que a veces me da la sensación de que mi vida se ha convertido en un residir en la oficina, para volver a casa simplemente para darme un ducha y dormir, dos cosas cuyo orden puede ser invertido y en eso consiste el acontecimiento del día.

Sí, podría decir, eso, pero sería faltar a la verdad y quejarme de vicio. La verdad es que me encanta lo que hago, no dejo de aprender incontables cosas nuevas, y me pasan un montón de cosas nuevas cada día, siempre es una incógnita qué puede suceder, y desde luego, que la palabra "rutina" está por completo fuera de mi vocabulario. Por supuesto, siempre apostillando después "por el momento".

Aun y con todo, hoy ha ocurrido uno de esos pequeños acontecimientos que le ponen si cabe un poquito más de salsa a la vida: para mañana se ha organizado rápidamente una pequeña cena de amigas, en nuestro restaurante favorito, para ponernos al día. Un "running-looking" le llamamos, vernos las caras, contarnos, reírnos de nuestra sombra... pasar un buen rato. Y por eso, ya tengo el motivo de hoy por el que acostarme contenta.

domingo, 12 de octubre de 2008

Enmarronarse y hacer las cosas bien


He cumplido mi primer día como enmarronada de los que se seguirán durante el resto de mi vida. Éste término podría definir "Trabajar mucho, o más que otros, especialmente en trabajos duros y con escasa compensación". Comentando el hecho de mi enmarronamiento -que a continuación explico- con un amigo que trabaja en otro despacho, hemos descubierto los dos que el referido término es de uso común en el argot letrado, especialmente entre los abogados junior. Resulta que me ha tocado pringar el día de la fiesta nacional y quedarme levantando el despacho yo solita. Alaaaa qué exagerada! En realidad no me he quedado yo sola, había varias personas más, tampoco era tan importante lo que yo hacía como para llamarlo "levantar el despacho". Pero suena bien! El caso es que he echado varias horitas allí por la mañana y otras tantas por la tarde, aunque para ser sincera, suena peor de lo que ha sido, aún no estoy quemada y me hace ilusión que me encarguen cosas. Todavía el trabajo tiene tintes de hobby, y cualquier encargo que conlleve una tarea mínimamente interesante, le pongo todo el interés porque tengo todo por demostrar.

De vuelta a casa, es un día raro, que es domingo pero parece sábado, aunque yo lo siento como viernes. Los planes brillan por su ausencia, aunque no me tortura precisamente la idea de quedarme en casa con el pijama y un poco de sofá, que casi no lo pruebo ¿Será que me hago mayor? Ya mañana será otro día, como dicen, y puede que baje a la playa a pasear, que creo que mejora el tiempo, y me saco la contaminación y el polvo de los pulmones.

Polvo que me he quitado con dos reencuentros de los importantes esta semana, muy diferentes entre sí, muy esperados los dos. También hubo reencuentros en el curso de formación, un compañero de carrera, de una promoción más, con el que compartí momentos importantes de mi vida de estudiante, y que me trajo muy buenos recuerdos. Me gustó darme cuenta de que la alegría por vernos era mutua, y conversamos quizá con más sinceridad que nunca. Me dijo una frase que he hecho propia, adecuada para aplicar a muchas circunstancias: "En esos momentos te das cuenta de que estás haciendo las cosas bien". Cuando te reencuentras con alguien que te inspira simpatía, y recibes una sonrisa y abrazo sinceros de esa persona, cuando te ves rodeado de personas a las que admiras, cuando vuelves a ver a alguien querido y sientes que la emoción que te llena le llena a él también, y las lágrimas que afloran en tus ojos son las mismas que asoman por los suyos. En ese momento crees que algo has hecho bien.

sábado, 11 de octubre de 2008

Primera semana


Después de una semana en el nuevo trabajo, debería hacer algo de balance, pero para ser sincera, me siento tan abrumada por la cantidad de cosas que tengo que aprender, que me parece ridículo hacer cualquier clase de valoración tras sólo unos pocos días de estar por allí.

Lo que sí es cierto es que cada día me levanto contenta y llena de energía, y que, por algunos comentarios que he recibido de compañeros, transmito esa ilusión y alegría. Eso me pone un poquito orgullosa cuando lo oigo, porque no sólo es bueno ser, sino parecer, y las apariencias, sobre todo en los primeros momentos, son más importantes que la esencia misma. Hay momentos difíciles, pero estoy controlando bastante bien mis arranques de nervios y de genio, sobre todo porque en términos generales, todo compensa sobradamente. Estoy encantada de estar rodeada de gente muy inteligente, interesante, llenos de buen humor, y además, unos juerguistas de cuidado. Gente joven, de muchos sitios, que tienen mucho que aportar.

Qué decir de mis compañeros directos de departamento, que los que estaban de antes están teniendo una paciencia de santo con los que hemos entrado ahora, que dejan sus asuntos de lado en cuanto les hacemos una pregunta, que siempre tienen un momento cuando se lo pides, y que no les importa repetir lo mismo seis veces, y siempre con buen ánimo. Se nota que es gente a la que le gusta su trabajo, porque con la cantidad de horas que se echan ahí, o te gusta o te desesperas... en fin, espero que todas las buenas sensaciones que tengo ahora permanezcan mucho tiempo, y que dentro de unos meses pueda escribir una entrada como ésta.

Estoy completamente perdida de la actualidad, no veo telediarios, ni leo periódicos, ni nada parecido, eso es algo que no me gusta mucho, así que tendré que ir buscando mis métodos para estar al día, y en general, para sacar un poquito de tiempo para las tareas cotidianas. Pero no me agobio, seguro que poco a poco iré cogiendo el ritmo sin darme cuenta, e iré organizándome todo lo demás.

Por ahora, todo estupendo, al menos, hasta nuevo aviso!

sábado, 4 de octubre de 2008

A las duras y a las maduras

Ya volví. Volví con una nueva vida, con una nueva esfera que me rodea que es la del mundo del despacho, a partir de hoy la esfera más importante que me rodeará durante los próximos años (espero) además de mi familia. Si bien han sido unas semanas intensas y duras, bastante duras, la experiencia ha sido enormemente positiva y útil. A menudo nos hemos quejado, todos los que estábamos allí, pero sabiendo que nos vamos a acordar para siempre de esta especie de Gran Hermano que hemos vivido. Todos comiendo, durmiendo, trabajando... viviendo en general, en el mismo espacio, siempre el mismo. Sin tiempo apenas para leer el periódico, ver la televisión e incluso llamar por teléfono (los que tenían pareja, que eran la mayoría, incluso han tenido pequeños conflictos maritales por este motivo), parecía como si fuera de allí no tuviéramos vida, como si al terminar la estancia nada más nos esperase.

Aún me quedan cosas que procesar, pero ya sé que tengo mucho aprendido.

De lo primero que se aprende cuando se entra a trabajar es la frase que da título a esta entrada. Se puede traducir como "Sal, pégate un fiestón, socializa y relaciónate, pero cuidado... a las 9 de la mañana tienes que estar firme, arreglado, presentable y dispuesto a asimilar 9 horas de clase, 2 exámenes, como si hubieses pasado toda la noche durmiendo plácidamente". Es decir, que el cachondeo ha de venir acompañado de seriedad y viceversa, y que tan importante es ser un "coquito" como socializar, relacionarse y todo ello, dando el cante lo menos posible. Esto no lo digo sólo yo, nos instigaban a ello desde arriba, y esto estaba en la hoja de evaluación de los profesores, donde aspectos como "asimilación de conceptos" puntuaban, pero al tiempo también había casillas de "liderazgo", "compañerismo"... y nos daban nota por ello.

Que mis antiguos días de fiestera no estaban perdidos para siempre, solamente tenía el cuerpo desentrenado, y acostarse a las 6:30 y levantarse a las 7:30 y desayunar después es posible. Eso sí, no más de 3 días seguidos (desde mi experiencia).

Que no es bueno dejarse llevar por las primeras impresiones, porque hay lobos con piel de cordero y corderos con piel de lobo.

Que la línea entre el ambiente relajado, el cachondeo padre y la seriedad es muy fina y difícil de tratar, así que ante la duda, mantener una actitud discreta y no relajarte aunque estés de copas con tu jefe. No sabes qué ojos miran, que oídos oyen, qué cámaras te rodean ni qué se puede utilizar en tu contra, que puede ser todo.

Que un bocadillo puede tardar más en ser preparado que en realizar un pedido a Telepizza, que le lo traigan, que te lo comas y recojas los restos.

Que recordar la Contabilidad es más duro de lo que creía, que las tarjetas se desmagnetizan al lado del móvil, que hay espíritus libres y personas que sufren "insatisfacción crónica". Que no hay que ver la mancha, sino el conjunto que la rodea, y que es bueno indagar y bucear en las personalidades que te encuentras, porque todo el mundo tiene algo que aportar, y que quien parece más frívolo puede ser el más profundo.

Que en los momentos difíciles se saca mucho positivo, porque contrasta más lo bueno con lo malo, la eterna relación del Ying y el Yang, y entonces hay que fijarse en lo positivo para tirar por ahí y no perder la esperanza, porque siempre hay una nueva esquina que volver, detrás de la que puede esperar algo muy bueno.

Que una sonrisa aporta a quien la recibe y a quien la da, y que responder con simpatía te abre más puertas que hacerse el duro.

Cada uno de los puntos pueden merecer una entrada aparte, que será reflejada aquí cuando en escaso tiempo que tendré a partir de ahora me lo permita, y cuando se vayan ordenando en mi cabeza la avalancha de ideas que me viene en estos días. Ahora me preocupa aprender, asimilar, estudiar y dar lo máximo y lo mejor. Me parece que mi trabajo me va a gustar, por duro que parezca, porque las horas se me pasan sin darme cuenta y termino contenta y planificando cosas para el día siguiente.

El curso ya quedó atrás, pero las personas conocidas, las experiencias vividas, lo aprendido (académico y no académico), los momentos buenos y los duros (que los ha habido) quedan retenidos para siempre, en mi activo, y que la cuenta de Pérdidas y Ganancias da un Resultado del Ejercicio muy positivo que ayuda a incrementar mi Neto por el momento, descargándome así de Deuda ajena.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Un paréntesis


Durante las próximas tres semanas estaré ausente del Periodicario. Esto, evidentemente, es un aviso para los millones de lectores habituales que colapsan la página :-P Me voy a hacer un curso de la empresa con pinta de interesante pero también de agotador. Echaré de menos escribir, curiosear por aquí y sobre todo, tener tiempo libre para hacerlo. Pero ya se sabe que sarna con gusto no pica. Espero que todo sea para bien y que a la vuelta, la recuperación se haya producido por completo y una renovada Vic se enfrente de nuevo a lo cotidiano.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Todo es posible


He escuchado en la radio un anuncio que me ha pulsado la tecla de pensar. El anuncio en concreto era de un centro comercial, y su eslogan o frase final era "Todo es posible". Me ha llamado al principio la atención porque me ha parecido que la frase no tenía nada que ver con un centro comercial, y ya me he quedado pensando. Si dicen todo, será todo. ¿Realmente todo es posible? Se dice que querer es poder, famosa frase bien repetida y sobada, que de tanto haberse dicho, casi ha perdido significado. ¿De verdad querer es poder? Entonces será que no quiero lo suficiente algunas cosas, como volar o ser invisible. Tampoco tantas otras dificultades diarias que hacen que la sonrisa a menudo sea una mueca difícil de dibujar. No sé si será que la voluntad debe ser más fuerte de lo que es, porque si eso fuera así, yo sería capaz de doblegarme y sacar la voluntad necesaria para conseguir algunos sueños, que hoy por hoy me parecen inalcanzables.

Sí que es cierto que hay muchas cosas que no se consiguen porque no se buscan todos los medios ni se pone todo el esfuerzo para ello, y que todos nos podemos proponer lograr mucho más de lo que nos proponemos. Hay que ser resuelto, decidido, y sobre todo, no tener miedo. El miedo y la excesiva preocupación por el futuro es lo que más paraliza y el mayor fabricante mundial de fronteras personales. Deberíamos liarnos más veces la manta a la cabeza y ser capaz de no temer a las decepciones, si te propones llegar al 10 puede que no consigas el 10, pero quizá llegues al 8. En cambio, si por el miedo a fracasar en tu búsqueda del 10, te propones llegar al 5, seguro que llegas al 5, pero lo más probable es que tampoco alcances el 8.

No sé si todo es posible, pero sí que son posibles de realizar muchos sueños que aún están por materializar. Cierra los ojos y piensa ¿Qué es lo que deseas? Yo tengo un par de ideas ;-).

viernes, 12 de septiembre de 2008

No te acostarás sin saber una cosa más: las lagartijas huyen de la luz

Ayer por la noche, llegando a mi casa: subiendo las escaleras exteriores percibo una presencia extraña… miro a izquierda, a derecha… no veo nada, y sin embargo sé que hay algo… y lo veo. ¡¡Es una lagartija enorme!! Gorda como una vaca sin ordeñar, ¡Es una salamanquesa radioactiva! Terminé de subir las escaleras y di la luz del porche. Mi intención era fotografiarla con el móvil, porque nadie iba a creerme cuando lo contase, pero como mi móvil mucho wifi pero no tiene flash, pues como no hubiera luz poco iba a conseguir. Lo malo es que la bombilla no iluminaba la zona donde estaba ella. Miro: ¿dónde está? Se había apartado para ponerse más en la oscuridad.

Volví a bajar las escaleras para dar la luz de abajo y conseguir iluminar toda la pared. Pasé a unos centímetros de ella, no sin mucho asco y sin querer mirarla (sé que es mentira, pero de pequeña me contaron que escupen y que si te da en un ojo, te quedas ciego. Es como lo de que si bizqueas los ojos, te quedas así. Nunca te lo acabas de creer pero lo haces con cuidado, por si acaso). Total, que cuando volví a subir, oh sorpresa, se había escabullido por completo entre las plantas. Me quedé sin foto. Aquí dejo una que hice otro día de una parecida, solo que palabrita que la que vi ayer era más grande.

Empiezo a pensar que está pasando con las salamanquesas de la pared como con los mosquitos tigre: nos invaden especies raras de otros países o de otros climas, porque yo jamás había visto nada igual. Y una es urbanita, pero ha pasado muchos veranos en el campo.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Recogiendo

Hoy, mucha información recibida. Tengo que procesarla y reflexionarla. Aparte de todo, ha sido de esos días en los que sientes que la suerte está de tu lado, aunque sea en tonterías y piensas ¿Será que me va a empezar a ir bien?

martes, 9 de septiembre de 2008

Adiós, verano


El verano da sus últimos coletazos. Agridulce estación, plagada de tópicos. Eso de “el amor de verano”, el “verano de tu vida”, las “vacaciones de verano”, la “Operación Salida” y su consiguiente “Operación Retorno”. Las fiestas de los pueblos, las siestas largas, las diferentes competiciones deportivas vistas por televisión (ya sean el Tour, la Vuelta, las olimpiadas, la Eurocopa, o el Mundial de fútbol). La playa, la montaña, las cigarras y las hormigas… es quizá la época del año más famosa.

Suele tener buena fama, y es que desde la infancia está asociada con las vacaciones, y aunque ya de mayores, verano y vacaciones no tengan por qué estar asociados, lo cierto es que continúa siendo la época dorada del año. Y como ocurre en los casos de cuando se espera algo con ganas y se espera mucho de ello, cuando se pasa, suele dejar un regusto de frustración, porque, siempre deja lugar a la decepción.

El verano, no nos engañemos, es una época cruel. Deja al descubierto cada uno de los pequeños complejos que los seres humanos tenemos: que si este michelín por aquí, que si tengo unos pelos que no me gustan nada por allá, que si estoy aún blanco y ya yodos están morenos, y tengo que parecer que me lo paso de puta madre y estoy descansando como todos aunque sea mentira. Deja al descubierto, también en muchos casos, la escasez de vida personal que muchos tienen al margen del trabajo. Con lo intensas que son las jornadas laborales, y el poco tiempo que se tiene, hobbies, proyectos y demás son borrados del vocabulario. Y cuando se tiene tiempo libre, no se sabe qué hacer.

Hay que irse de vacaciones, aunque sea al pueblo de al lado, y pintarlo como si fuera el mejor viaje posible, porque queda muy triste a la vuelta eso de “¿Y a dónde has ido de vacaciones?” “Estooo… no, mm… a ninguna parte. Pero oye, queeee, que me lo he pasado muy bien… si”. Aunque no tengas un duro. Aunque hayas tenido una semana de descanso.

En verano es cuando se produce el mayor índice de divorcios y de ruptura de parejas. Cuando pasan mayor tiempo juntos es cuando se descubre lo poco que tienen que ver las parejas entre sí, lo poco que de verdad han compartido durante el año, los pocos planes que son capaces de llevar a cabo con ilusión. Se cansan, se aburre el uno del otro, descubren que no se soportan. De todos modos, hace poco, escuché en el telediario que este verano no sólo no han aumentado los divorcios, sino que se han ¡reducido! Con lo de que la gente ni tiene dinero, no se tiene ni para divorciarse: abogado, una nueva vivienda… y además, sal mucho más caro vivir solo. De algo tenía que servir la crisis, la Iglesia frotándose las manos (¿Estará la crisis urdida por una trama eclesial con Rouco Varela como artífice? Toma nota, Dan Brown).

Con la Vuelta al Cole de El Corte Inglés ya se sabe que empieza el otoño, y es que los del tiempo no se han enterado de que son los grandes almacenes los que marcan el calendario en España: la primavera empieza cuando pasan los 8 días de oro precedidos de las rebajas de enero, y el otoño con la Vuelta al Cole. En el telediario meten el vídeo de todos los años del síndrome postvacacional (por si no sufres del síndrome, para que te enteres de que te queda poco de vacaciones) y las colas de coches en las autovías con españolitos dentro volviendo a sus lugares de origen. Actimel opina que tanto estrés afecta a tus defensas y se vuelve a hablar de La Liga.

En verano se abandona la vida cotidiana y se aparcan las preocupaciones rutinarias. Pero cuando se vuelve nada está como se dejó. Muy a menudo, la vida ha girado un número considerable de grados, e incluso la faz del propio país ha cambiado. Podría decir que en lugar de Vicente Vallés me he encontrado con La Campos, muy a mi pesar, pero dejaré a un lado la frivolidad. ¿Qué han sido las vacaciones para la familia de quienes se montaron en el famoso avión? O para todos aquellos cuya empresa se cerró en julio y no se ha vuelto a abrir en septiembre. Se habla de lo caros que son los uniformes de los colegios, pero la verdadera cuesta de septiembre la sufren todos los que hemos visto que están en la cola del Inem, haciendo horas extras de mendicidad por un puesto de trabajo, y no creo que se preste a ello la debida atención. El umbral de pobreza engulle poco a poco a más capas de la sociedad y no percibo angustia en la clase política por ello.

También podría extenderme sobre el hecho de que Rusia haya desafiado a Occidente con la invasión de Georgia, pero a la vista de la poca relevancia concedida a este acontecimiento, no será la que escribe la que se meta en camisas de once varas en su blog escribiendo sobre ello. Ya se sabe que en España, el concepto “política exterior” se asimila al de “política extranjera”. Pero me atrevo a apuntar a que el mundo ya no está como lo dejamos en el mes de junio.

A mí me gusta la tranquilidad, la vida corriente, los días normales. El despertador que te recuerda que falta menos para el viernes, los fines de semana, los días esporádicos de fiesta. La vida ordenada, mi lugar, mi tarea determinada, la previsibilidad del día a día. Yo digo: ¡bendita rutina!

De todas maneras, como todos, yo también cuento los días que quedan para las vacaciones de Navidad.

Fiesta sorpresa


Como decía al final de la última entrada, efectivamente fui a tomarme algo... pero lo que no sabía es que mis amigas... me tenían preparada una fiesta sorpresa!! Fue lo más emocionante del mundo, y es que nunca habían hecho por mí algo así. Era algo muy sencillo, pero lleno de cariño. Cuando llegué estaban ahí, esperándome. Lo habían decorado precioso, se habían dejado los pulmones inflando globos, había regalos... Estaba todo pensando en mí.

No es la fiesta en sí, es que pasa como con los regalos: lo importante no es qué te regalen, sino el hecho de haber estado un rato escogiendo, decidiendo, pensando qué puede gustar a la otra persona, hacer un pequeño esfuerzo en agradar al otro. Con esto es igual. Se portaron estupendamente, llenísimo de detalles, desde la bebida elegida, hasta lo que pusieron para comer, las flores para el pelo... todo! Nos lo pasamos muy bien, y fue muy emotivo y muy divertido.

En estos días difíciles se están portando fantásticamente, y estoy aprendiendo que de verdad, de todo lo malo se saca algo bueno, que es con lo que hay que quedarse. Si en un momento malo hay quien me ha fallado estrepitosamente sin esperarlo, también hay quienes me han llenado de cariño y amistades recuperadas también sin esperarlo, quienes me están demostrando que de verdad están "para las duras y las maduras", como dicen. Es algo muy grande que yo no me esperaba. Y eso se agradece, y da tranquilidad. Si de algo sirven las pruebas de fuego es para eso, para ver quién da la talla y con quién no se puede contar, para estar seguro.

domingo, 7 de septiembre de 2008

De vacaciones

Ya volví. El examen, ni idea. Hecho está. Ahora a disfrutar. Ay, qué ropa más mona me he comprado para el trabajooo... me veía en el probador en plan "Barbie abogada". Los zapatos han sido algo más complicados, pero ya está arreglado. Por la mañana, a tomar el sol (que ya se me había ido el moreno), y por la tarde, de museo.


Mención aparte merece la exposición "Sorolla. Visión de España". Es un conjunto de catorce paneles que componen una obra, encargada para decorar a modo de friso la galería de la Hispanic Society de Estados Unidos. Para ello, Sorolla hizo una serie de cuadros en paneles recreando diferentes zonas de España, su gente, la diferente luz que hay según la región, los trajes regionales, las costumbres... Son de un tamaño muy grande cada uno de ellos, las figuras son más o menos de tamaño natural, según el cuadro. Lo que más me ha gustado ha sido el tratamiento de los diferentes blancos, cómo los matiza y cómo pinta la luz que pasa a través de las hojas de los árboles, los claroscuros... además, hemos tenido la suerte de que gracias a un pequeño enchufe, la hemos visto con guía, y gana muchísimo. La guía llevaba un pequeño micrófono, y nosotros unos auriculares. Así ella no tenía que gritar y la oíamos sin problema siempre. Un sistema patentable para llevarlo de juerga y no tenernos que dejar la garganta!! Al final, un poster para cada uno de nosotros, de uno de los cuadros. Todo estupendo.


Ahora, a tomar algo. A sentir que son vacaciones! Relax! Take it eeeaaasy! :-)

domingo, 31 de agosto de 2008

Hoy la fuerza se me va por la boca... y realmente sólo quería decir esto

Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis venas va, ligero de equipaje
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.

(Peces de Ciudad. Joaquín Sabina)

Qué dura es la recta final


Hoy tengo el día con la sensación de que sé menos de la asignatura que hace una semana. Cualquiera me diría “eso es que te la sabes muy bien, y vas al detalle”, pero no, yo sé que no es eso. Hace una semana sabía resolver los problemas seguidos, sabía muchos procedimientos que ahora no recuerdo cómo se hacen si no es mirando en las soluciones, me quedo atascada, hay muchos aspectos de temas que me pueden caer en preguntas de los que ya no recuerdo cómo se hacen, la teoría hace mil que no me la miro… ¡tengo un caos…! Y estoy agotada ya de esta asignatura. Una asignatura anual de problemas es mucha tela para mí, que siempre me lo voy sacando todo poquito a poquito, y ahora hay mucha miga. ¡Y con todo lo que hay en juego! Bueno, en eso prefiero no pensar. Que en junio me agobié con eso, y mírame. Solamente que me gustaría hacer el examen bien, que le he puesto mucho interés y muchas horas, que ya tengo el libro trillado, que ya me quiero quitar la asignatura tonta de las narices! Jeje, como todo estudiante en septiembre, si es que es lo que hay, qué le vamos a hacer.

Hoy es que tengo el día tonto y quejica. Yo no sé por qué precisamente hoy, pero me ha dado una neura con las comunidades web éstas que están de moda… Estoy apuntada a algunas, y reconozco que son entretenidas, pero hoy tengo el sentido del ridículo muy a flor de piel, y desearía desaparecer de todas ellas. Tanta foto, tanto comentario… hoy veo ridículos mis comentarios, mis fotos, mi imagen… simplemente, aparecer en ello. Es como si estuviera avergonzada. Ahí quedan las cosas para los restos, las fotos colgadas, comentarios escritos cuando no vienen ya a cuento, mucho tiempo después, y todo el mundo puede curiosear por tus cosas, o por las de tus amigos en las que apareces tú. También hay cosas que no quieres ver, y sin embargo están ahí. Yo qué sé, mucha información.

No me borro porque sé que mañana estaré arrepentida, pero hoy desearía bloquear mi perfil, hacer como en el Messenger “No estoy disponible. Hoy no me veas”. Parece un sobre con trocitos de mi vida, abierto por igual a todos los que quieran mirar, tanto si son íntimos amigos o si son conocidos de refilón. Hoy quiero borrar mi paso, me siento absurda cuando veo cosas puestas por mí.

Miro por la ventana y veo atardecer por detrás del monte y los edificios. Me pongo melancólica. Echo de menos a gente. Echo de menos miradas, complicidades, abrazos, frases al oído.

Ya se está terminando el día, y mañana será otro, y pasado será otro… todo llega, tengas más ganas o menos. Hay que vivirlo bien, hay que ponerle entusiasmo, para qué lamentarme del tiempo mal aprovechado? En un par de días tendré mi examen hecho, ya estará la suerte echada. Todo va a ser igual, con buena o mala cara. Pongámosle la buena, ¿no?

sábado, 30 de agosto de 2008

MadriZzzzz


¡Que voy! Abran paso! Ojalá ésta sea la buena...

jueves, 28 de agosto de 2008

Especies de Biblioteca Temporada verano/otoño


Hay un fenómeno curioso, sobre el que tenía muchas ganas de hablar, que es el de los modelitos en la biblioteca. A ver, uno a la biblioteca va a estudiar… sí, también socializa, se encuentra con gente… pero básicamente va a estudiar. De lo contrario, nos quedaríamos todos en una cafetería y no cargaríamos con los libros, los códigos, los post-its, la calculadora, los rotuladores, el atril (hay gente pa tó) los tapones para los oídos (sí, ¿qué pasa? Cuando los pruebes un día de desconcentración me cuentas), los folios en sucio, la libreta, los apuntes, los exámenes de otros años… ¡que pesa un quintal! En fin, quedamos que el objetivo primordial es estudiar. Mira, yo no sé lo demás, igual es que una es una tiquismiquis, pero yo para estudiar, como en pijama o chándal, nada. Bueno, en la biblioteca eso es difícil, porque hay una imagen que mantener, pero es que no me explico esos modelitos que impiden la concentración, amíquenomecuentenmilongas.

Tenemos el modelo “Rambo”, es decir: cinta ancha a modo de venda de la frente, toda por encima del pelo, así aplastándolo, atada entre la coronilla y la nuca, preferiblemente de colores llamativos y colgando por delante del cuerpo el resto de la cinta. (superfresquito para el verano)

Tenemos el modelo “minifalda”: justo debajo del trasero a ser posible, combinada con botas cowboy. Es posible encontrarles cerca de una Rambo. A veces son la misma (para compensar el calor de la frente con el aire acondicionado por las piernas). Se les reconoce por el sarpullido en la parte de detrás del muslo, porque se les roza toda superficie de asiento.

Tenemos el modelo “Tacones”: aún no sé cómo nadie los ha prohibido en las bibliotecas. Tenía que estar tan prohibido como hablar por móvil… o incluso más.

Tenemos los diversos modelos “Complementos” A ver, los pendientes grandes se enredan en el pelo, hacen ruido en la oreja cada vez que mueves la cabeza… eso NO está pensado para estudiar! Las pulseras gordas… ¿alguna vez has escrito llevando una pulsera de más de 5mm de grosor? Es físicamente imposible!! No se puede apoyar la muñeca sobre la mesa, no se tiene pulso para escribir… por no hablar de las que les cuelgan cosas y suenan “tilín tilín” cuando borras con la goma, cambias de bolígrafo…

Tenemos la peloplancha me coloco el flequillo de modo que me tape un ojo. Pero oye, con horquillas y todo para que ahí no se menee ni un pelo. ¿Pero es que tú estudias por contacto telepático con el folio?

Ay, pero entre todos ellos hay uno que se lleva la palma: La Escote. No es difícil imaginar el porqué del nombre. Enseña el diámetro completo del pechamen. De arriba abajo. Es que tiene tela… o más bien, muy poca tela! Y mira que las lleva apretaícas, a punto de explotar. ¿Te crees Carmen Alcayde? A mí que me expliquen el motivo de esa vestimenta: vestido cortísimo, marrón, de tirantes anchos que le terminan cuando le terminan las tetas. Sí, soy una ordinaria, pero ella más. Es que madre mía, no sé ni como estudia la pobre de enfrente, que aunque sea una chica… yo qué se, yo estaría pensando que se le va a salir una y me va a atacar en la cara de un directo de pechazo. El primer día que la vi creía que sería cosa de una vez, pero va siempre igual. Yo creo que tiene que ser hasta difícil encontrar ropa en las tiendas para sus exigencias de escote!! ¿¿Para qué narices vas a estudiar así??

Menuda jungla… ¿y lo bien que me lo paso viéndolo todo? Quizá sea yo la delicada para estudiar, todo dependerá de quién lo mire… Si alguien quiere un consejo, yo le diría: “donde fueres, haz lo que vieres” ¿¿Biblioteca?? ¡¡Trae pacá esas lentejuelas!!

Suerte si tienes exámenes este septiembre.

martes, 26 de agosto de 2008

Amanecer


Hoy hace ocho días que no sé nada de él. Más de una semana. Hoy hace tres días que yo no me comunico con él. Sí, los cuento, porque me cuesta un inmenso esfuerzo. Y ayer hizo diez días que la bomba estalló. Diez días largos, diez días muy, muy intensos. Días para pensar mucho, y para llorar más. Días para odiarte, para aborrecerle, para descubrir cosas y para extraer conclusiones. También días para amarle intensamente, para recordarle, para sentirle dentro de mí. He tenido la fase de negación, la de ira, la de negociación, la de depresión y la de aceptación. Todas y cada una, desordenadas, según el momento.

La fotografía escogida es un amanecer. Me resisto a creer que tras un ocaso viene la oscuridad definitiva. Tras el ocaso viene la noche, la oscuridad, pero a las pocas horas amanece de nuevo. Siempre amanece de nuevo. Es un día distinto, pero amanece una y otra vez en la misma ciudad. Puedes ver una ciudad fea, sombría, poco clara. Entonces es cuando llega la noche, no ves nada, quizá sientas miedo. Pero después aparece el sol, poco a poco, y de nuevo llega el día, y descubres que esa ciudad que creías tan tenebrosa y sin posibilidades puede ser una ciudad muy bella. Cuando hay luz todo está bien. Sólo hay que tener paciencia para esperar a que amanezca de nuevo.

¿Ahora qué siento? Ahora mismo, prácticamente nada. Y doy gracias. Porque cuando siento algo, es dolor. Quiero establecer contacto con él, pero no sé cómo hacer, tampoco sé si es su momento. Pero me da miedo de que se supere la etapa de necesitarnos. Hablamos hace poco de que si algo se enfría, es que debe enfriarse, y si debe permanecer un sentimiento, no se enfriará jamás. Pero eso no es cierto, porque ya se sabe que “el tiempo todo lo cura”. Si decides olvidar a alguien, ciertamente, con más o menos tiempo, le olvidarás. Es sólo cuestión de tiempo, más o menos según lo intenso del sentimiento inicial. Y cuanto antes te pongas a ello, antes lo conseguirás. El miedo que me da es que la intención actual no es la de olvidarnos mutuamente, sino poner distancia para salir de un bucle de discusiones y estado anímico débil para poder continuar con fuerza, si es que al recuperar un buen estado anímico decidimos conjuntamente que debe ser así. Pero si nos excedemos en el tiempo, si se nos va la mano, puede que esto se quede en algo diferente, deslabazado y poco claro. Que por arreglar el cable, lo terminemos de romper.

El ser humano necesita certidumbre. Ya lo saben las pitonisas de pacotilla que se anuncian por televisión (¿alguna no es de pacotilla?) que predicen a desesperados sobre enfermedades, trabajo y, sobre todo, amor. Las personas necesitamos seguridad y tranquilidad. Y yo siento que todo está en el aire. Desde la serenidad recuperada, y flotando sobre todas mis reflexiones, planea la duda de cómo estará él. Si me echará de menos, si se acordará de mí. Si cuando se acuesta piensa en las veces que nos hemos acostado juntos, si cuando ve una fotografía mía imagina que mi mirada está puesta en él, como imagino yo cuando veo las suyas. Qué pensará sobre lo que ocurre, si me necesita, si quiere saber cómo estoy. Cómo le habrá ido en la entrevista sobre el trabajo, cómo estará pasando los días, si siente que me echa en falta, como yo le echo en falta a él.

Hoy me he encontrado en la biblioteca con otro “él”, con alguien que fue “él” en su momento. Qué situación más rara. Cuatro años sin vernos, hoy las miradas se han cruzado furtivamente, ninguno ha dicho ni hecho nada. Nos vigilábamos de espaldas. Pero no había tensión. Cuatro años sin verle, y me reencuentro con una pérdida justo en el momento en el que no sé si debo asumir otra. No he sentido más que curiosidad. Me he puesto mis gafas porque no me lo creía, pero ni nervios, ni dolor (ni mucho menos), ni tampoco alegría, simpatía o cariño. Simplemente vacío. “Está más gordo” quizá ha sido mi pensamiento más elaborado (jejeje).

Me estoy construyendo una pequeña parcela propia, me estoy reconciliando conmigo misma. Hace unos días que me siento más positiva respecto a mí que nunca. Me gusta lo que devuelve el espejo, me sorprendo de mí. Oigo halagos, pero los mejores son los que provienen de mi interior. Me estoy desvelando como más fuerte de lo que creí, y ya tengo la seguridad de que todo se pasa. Al tener que luchar contra los elementos en esto que me ha pillado tan desprevenida y en un momento tan débil, he descubierto aspectos de mí que desconocía… y amigas que no recordaba. Pero la resignación o la conformidad no implican aceptación y ni mucho menos deseo de que las circunstancias continúen.

Tengo ganas de hacer ese examen, que sé que voy a aprobar, tengo ganas de comprarme “trapitos” para ir al trabajo, tengo ganas de empezar a trabajar, muchas ganas. Sé que valgo muchísimo, y quien no sabe apreciarlo, no merece nada de mi dolor. Quien no lo vea, se pierde algo muy grande. Estoy plenamente segura de ello, probablemente más de lo que lo he estado nunca.

lunes, 25 de agosto de 2008

Cuando no se dice nada en absoluto


Llevo varios días de escribir y escribir... hacía mucho que no escribía tanto y no experimentaba la sensación tan placentera y tan reconfortante que me da el conversar conmigo misma... y no, no estoy loca. Cuando me paro a escribir saco lo que de verdad llevo dentro, algo que muchas veces es doloroso pero siempre me sorprendo y me ayuda a clarificarme. Sé que este blog no es cien por cien privado, y si bien cuando publico no lo hago pensando en quienes lo puedan leer, sí que hay escritos que suponen demasiada desnudez como para colgarlos en algo tan frívolo como es Internet. Pero guardando hoy uno de estos documentos que me están ayudando tanto, me he encontrado en el ordenador con algo que escribí hace ya algún tiempo. En realidad no sé si alguna vez lo llegué a subir al blog, pero me ha llamado la atención la actualidad de lo que digo, el no arrepentirme ni una coma de lo que digo, y el sentirme así casi tres años después. Lo pongo a día de hoy, porque sigue vigente:

Las cosas más importantes, y las más sinceras nunca se dicen con palabras. Si has sentido alguna vez qué es quedarte mudo, o decir justo lo contrario de lo que pretendías, o haber decidido no decir justo lo que finalmente sale de tus labios…simplemente porque una imagen contrae todos tus sentidos y porque hay una mirada que cuando se encuentra con la tuya piensas que no merece la pena dedicarte a pensar en nada más, solamente a contemplarla. Si sabes lo que es eso entenderás qué son las dichosas mariposas en el estómago, cómo la ilusión y la pena se mezclan con una permanente sonrisa estúpida, y lo que es buscarle significado hasta al tono de voz de un “qué tal” o la forma de poner “besos” en un mensaje.

En los silencios hay más palabras que en millones de e-mails, conversaciones y mensajes de texto. Con frecuencia lo que se calla es más importante que lo que se cuenta, pensad en los secretos. Pero ¿qué sucede con aquello que queda guardado? Puede que se transforme… hay muchos tipos de lenguaje a los que sólo hay que prestar un poco de atención, en los que quedan convertidas las palabras nerviosas que no alcanzan a cobrar sentido o ni siquiera llegaron a pronunciarse. Igual que hay muchos idiomas, hay infinitos modos de entender y hacerse entender cuando lo que se quiere decir nos supera.

Para todos aquellos que entiendan lo que significa todo esto, para los que alguna vez se han sentido idiotas y repasado mentalmente aquella conversación desastrosa.

Releyendo, me he dado cuenta de que parece que me refiero al "silencio negativo", al cobarde, pero no es así. Me refiero por completo al silencio "positivo", al transmitirse sensaciones sin necesidad de palabras, a aquello que ya apuntaba Ronan Keating en su canción "When you say nothing at all", en la película Notting Hill (maravillosa película, maravilloso lugar). A veces las palabras nos traicionan, nos llevan a hacer ver algo completamente diferente de lo que sentimos o queremos transmitir. El contacto humano no puede ser superado por nada, y una sonrisa es el mejor regalo que se puede dar y que se puede recibir.

Por miles y miles de sonrisas en la vida. Y si no la recibes, regálatela en el espejo. Quiérete. Quien quiera que seas, eres único e insuperable. Siempre. Siempre. Siempre.

miércoles, 20 de agosto de 2008

What you're made of

Just like I predicted, we're at the point of no return
We can't go backwards, and no corners have been turned
I can't control it, if I sink or if I swim
'Cause I chose the waters that I'm in

And it makes no difference who is right or wrong
I deserve much more than this
'Cause there's only one thing I want

If it's not what you're made of
You're not what I'm looking for
You were willing but unable to give me anymore
There's no way,
You're changing,
Cause some things will just never be mine,
You're not in love this time...but it's alright.

I hear you talking, but your words don't mean a thing
I doubt you ever put your heart in anything
It's not much to ask for, to get back what I put in
But I chose the waters that I'm in

And it makes no difference who is right or wrong
I deserve much more than this
'Cause there's only one thing I want

If it's not what you're made of
You're not what I'm looking for
You were willing but unable to give me anymore
There's no way,
You're changing,
Cause some things will just never be mine
You're not in love this time...but it's alright.

What's your definition of the one?
What you really want him to become?
No matter what I sacrifice it's still never enough.

Just like I predicted
I will sink before I swim
'Cause these are the waters that I'm in

If it's not what you're made of
You're not what I'm looking for
You were willing, but unable to give me anymore
There's no way,
You're changing,
'Cause some things will just never be mine
You're not in love this time.
If it's not what you're made of
You're not what I'm looking for
You were willing, but unable to give me anymore
There's no way,
You're changing,
'Cause some things will just never be mine

domingo, 17 de agosto de 2008

Hace un año


Por ahora, hace un año, estaba apunto de irme de Erasmus a Londres. Por ahora, hace un año, estaba realmente preocupada porque no tenía alojamiento y estaba todo el rato metida en Internet rastreando posibilidades, mirando aquí y allí, desgastando Google de poner de todas las formas posibles que buscaba un techo. Me compré mi guía de la ciudad, la tenía como libro de lectura, cuánta ilusión...

Por ahora hace un año que comencé a volver a frecuentar comunidades web, blogs y chats, ya que pasaba tanto tiempo al ordenador buscando alojamiento, que necesitaba entretenerme mientras tanto. Una experiencia que no tenía desde que pusimos Internet en mi casa por primera vez, cuando la tarifa plana y ADSL no existían aún. Desde entonces no hablaba con desconocidos en un chat, no entraba en comunidades ni en foros, me sentí realmente rara de hacerlo de nuevo.

Sin embargo, echo la vista atrás y lo recuerdo como un momento realmente excitante, como unos días de muchísima ilusión, incertidumbre, ganas de irme. Me sentía como aquellos veranos que me iba a aprender inglés por unos días, pero sabiendo esta vez que era a lo grande, a sabiendas de que iba a ser una experiencia muy importante porque todo el mundo me lo había dicho. Era consciente del paso, estaba feliz de haberlo decidido, y aunque el hecho de no tener aún casa era algo que me inquietaba mucho,también me encantaba el gusanillo en el estómago de llamar tantas veces por teléfono a residencias y ver que podía mantener la conversación sin problemas, mandar mails con la esperanza de recibir un "sí", ver fotografías de las casas y la ciudad e imaginarme allí, con la seguridad de que eso iba a pasar. Descargarme listas de cosas que llevar para un viaje, hacer la maleta poco a poco, despedirme de mis amigos con la alegría de irme, comprar el billete de avión... Lo preparé con un interés como pocas veces he tenido por algo.

Fueron unos días muy emocionantes, fue una experiencia en sí la preparación del viaje, con todo lo que viví y sentí mientras lo hacía, y todo lo que conllevó, que fueron cosas que ni pude imaginar y que a día de hoy aún permanecen en mi vida de un modo muy importante. Igualmente, me siento muy satisfecha de haber podido vivir un Erasmus en una ciudad tan grandiosa y trascendente. El único "pero" es la añoranza que siento, lo que me gustaría rebobinar y volver a sentirme igual. He entrado varias veces a la página del hostal donde estuve alojada y siempre recuerdo la mezcla de alegría, incertidumbre y emoción de aquellos días de finales de verano, de finales de tantas cosas.

...No sabía que mi vida estaba a punto de cambiar tanto.

martes, 12 de agosto de 2008

Reconocer qué hay en una mirada

Hay necesidades raras. O apetencias, según se mire. Hay apetencias que tornan a necesidad. Hoy yo necesito escribir, una falda, y una camiseta rosa. La camiseta sólo, la falda aún no la he visualizado. También necesito tiempo para todo ello, y ya que es más sencillo conseguirlo para lo primero, me dispongo a escribir. Lo malo es que no se me ocurre nada ingenioso, o bonito, o que me desahogue. Nada de nada, así que no comprendo por qué esas ganas de escribir. Y aquí estoy, dándole a la tecla sin sentido.

Qué sorpresas te llevas con las personas. Creía tener la facilidad de lo que se dice “calar” a la gente, eso de saber más o menos cómo es alguien, cómo tratarle, por dónde van sus tiros, sus opiniones… esas cosas. Y no sé si es que he perdido el don, si es que nunca lo he tenido, o que conozco a individuos cada vez más complejos. El caso es que últimamente me desconcierto con el trato humano. Ya me cuesta hasta trabajo diferenciar cuándo caigo bien y cuándo no, cuando soy considerada relevante y cuándo paso desapercibida o más bien algo rechazada. Eso hace que me lleve sorpresas muy agradables y otras no tanto.

El tener la expectación sobre cómo es alguien y descubrirlo poco a poco es interesante, Cierto, pero provoca mucho de desconfianza y confusión, sobre todo cuando cambia para peor respecto de lo que se creía. Cuando ocurre al revés, es una alegría y un alivio. La receta es no esperar nada, dejar que todo fluya, no entregarse al máximo, y sin darte cuenta, conoces a la persona en todas sus dimensiones. Lo malo es que no siempre se puede esperar, porque hay veces que ciertas personas entran a formar parte de tu vida habitual, y compartes gran parte de tu tiempo y de tus vivencias sin saber ni si hay feeling ni si puedes confiar. La receta sigue siendo ser uno mismo, sin preocuparse, y ser educado, una baza que no todo el mundo sabe valorar como se merece y que nos favorece en casi todas las situaciones.

Si escribo sobre esto es evidentemente, porque es un asunto que me preocupa, que tengo en la cabeza. Ya he encontrado mi tema para resarcirme hoy, algo muy corto, pero me cuesta dejarme llevar y escribir todo lo que me gustaría, quizá por miedo la las lecturas del blog. No sé si es el mejor medio para poner por escrito lo que pienso, aunque desde luego mejor que en un papel, que además de ocupar espacio, se convierte en algo así como el diario con candado que tenía de pequeña. Soy muy comunicativa, pero tengo muchos secretos que no quiero desvelar, y que sin embargo, golpean y golpean por salir, y no sé dónde colocarlos.