lunes, 25 de agosto de 2008

Cuando no se dice nada en absoluto


Llevo varios días de escribir y escribir... hacía mucho que no escribía tanto y no experimentaba la sensación tan placentera y tan reconfortante que me da el conversar conmigo misma... y no, no estoy loca. Cuando me paro a escribir saco lo que de verdad llevo dentro, algo que muchas veces es doloroso pero siempre me sorprendo y me ayuda a clarificarme. Sé que este blog no es cien por cien privado, y si bien cuando publico no lo hago pensando en quienes lo puedan leer, sí que hay escritos que suponen demasiada desnudez como para colgarlos en algo tan frívolo como es Internet. Pero guardando hoy uno de estos documentos que me están ayudando tanto, me he encontrado en el ordenador con algo que escribí hace ya algún tiempo. En realidad no sé si alguna vez lo llegué a subir al blog, pero me ha llamado la atención la actualidad de lo que digo, el no arrepentirme ni una coma de lo que digo, y el sentirme así casi tres años después. Lo pongo a día de hoy, porque sigue vigente:

Las cosas más importantes, y las más sinceras nunca se dicen con palabras. Si has sentido alguna vez qué es quedarte mudo, o decir justo lo contrario de lo que pretendías, o haber decidido no decir justo lo que finalmente sale de tus labios…simplemente porque una imagen contrae todos tus sentidos y porque hay una mirada que cuando se encuentra con la tuya piensas que no merece la pena dedicarte a pensar en nada más, solamente a contemplarla. Si sabes lo que es eso entenderás qué son las dichosas mariposas en el estómago, cómo la ilusión y la pena se mezclan con una permanente sonrisa estúpida, y lo que es buscarle significado hasta al tono de voz de un “qué tal” o la forma de poner “besos” en un mensaje.

En los silencios hay más palabras que en millones de e-mails, conversaciones y mensajes de texto. Con frecuencia lo que se calla es más importante que lo que se cuenta, pensad en los secretos. Pero ¿qué sucede con aquello que queda guardado? Puede que se transforme… hay muchos tipos de lenguaje a los que sólo hay que prestar un poco de atención, en los que quedan convertidas las palabras nerviosas que no alcanzan a cobrar sentido o ni siquiera llegaron a pronunciarse. Igual que hay muchos idiomas, hay infinitos modos de entender y hacerse entender cuando lo que se quiere decir nos supera.

Para todos aquellos que entiendan lo que significa todo esto, para los que alguna vez se han sentido idiotas y repasado mentalmente aquella conversación desastrosa.

Releyendo, me he dado cuenta de que parece que me refiero al "silencio negativo", al cobarde, pero no es así. Me refiero por completo al silencio "positivo", al transmitirse sensaciones sin necesidad de palabras, a aquello que ya apuntaba Ronan Keating en su canción "When you say nothing at all", en la película Notting Hill (maravillosa película, maravilloso lugar). A veces las palabras nos traicionan, nos llevan a hacer ver algo completamente diferente de lo que sentimos o queremos transmitir. El contacto humano no puede ser superado por nada, y una sonrisa es el mejor regalo que se puede dar y que se puede recibir.

Por miles y miles de sonrisas en la vida. Y si no la recibes, regálatela en el espejo. Quiérete. Quien quiera que seas, eres único e insuperable. Siempre. Siempre. Siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

:) Gracias por esta entrada.