domingo, 17 de agosto de 2008

Hace un año


Por ahora, hace un año, estaba apunto de irme de Erasmus a Londres. Por ahora, hace un año, estaba realmente preocupada porque no tenía alojamiento y estaba todo el rato metida en Internet rastreando posibilidades, mirando aquí y allí, desgastando Google de poner de todas las formas posibles que buscaba un techo. Me compré mi guía de la ciudad, la tenía como libro de lectura, cuánta ilusión...

Por ahora hace un año que comencé a volver a frecuentar comunidades web, blogs y chats, ya que pasaba tanto tiempo al ordenador buscando alojamiento, que necesitaba entretenerme mientras tanto. Una experiencia que no tenía desde que pusimos Internet en mi casa por primera vez, cuando la tarifa plana y ADSL no existían aún. Desde entonces no hablaba con desconocidos en un chat, no entraba en comunidades ni en foros, me sentí realmente rara de hacerlo de nuevo.

Sin embargo, echo la vista atrás y lo recuerdo como un momento realmente excitante, como unos días de muchísima ilusión, incertidumbre, ganas de irme. Me sentía como aquellos veranos que me iba a aprender inglés por unos días, pero sabiendo esta vez que era a lo grande, a sabiendas de que iba a ser una experiencia muy importante porque todo el mundo me lo había dicho. Era consciente del paso, estaba feliz de haberlo decidido, y aunque el hecho de no tener aún casa era algo que me inquietaba mucho,también me encantaba el gusanillo en el estómago de llamar tantas veces por teléfono a residencias y ver que podía mantener la conversación sin problemas, mandar mails con la esperanza de recibir un "sí", ver fotografías de las casas y la ciudad e imaginarme allí, con la seguridad de que eso iba a pasar. Descargarme listas de cosas que llevar para un viaje, hacer la maleta poco a poco, despedirme de mis amigos con la alegría de irme, comprar el billete de avión... Lo preparé con un interés como pocas veces he tenido por algo.

Fueron unos días muy emocionantes, fue una experiencia en sí la preparación del viaje, con todo lo que viví y sentí mientras lo hacía, y todo lo que conllevó, que fueron cosas que ni pude imaginar y que a día de hoy aún permanecen en mi vida de un modo muy importante. Igualmente, me siento muy satisfecha de haber podido vivir un Erasmus en una ciudad tan grandiosa y trascendente. El único "pero" es la añoranza que siento, lo que me gustaría rebobinar y volver a sentirme igual. He entrado varias veces a la página del hostal donde estuve alojada y siempre recuerdo la mezcla de alegría, incertidumbre y emoción de aquellos días de finales de verano, de finales de tantas cosas.

...No sabía que mi vida estaba a punto de cambiar tanto.

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