martes, 9 de septiembre de 2008

Fiesta sorpresa


Como decía al final de la última entrada, efectivamente fui a tomarme algo... pero lo que no sabía es que mis amigas... me tenían preparada una fiesta sorpresa!! Fue lo más emocionante del mundo, y es que nunca habían hecho por mí algo así. Era algo muy sencillo, pero lleno de cariño. Cuando llegué estaban ahí, esperándome. Lo habían decorado precioso, se habían dejado los pulmones inflando globos, había regalos... Estaba todo pensando en mí.

No es la fiesta en sí, es que pasa como con los regalos: lo importante no es qué te regalen, sino el hecho de haber estado un rato escogiendo, decidiendo, pensando qué puede gustar a la otra persona, hacer un pequeño esfuerzo en agradar al otro. Con esto es igual. Se portaron estupendamente, llenísimo de detalles, desde la bebida elegida, hasta lo que pusieron para comer, las flores para el pelo... todo! Nos lo pasamos muy bien, y fue muy emotivo y muy divertido.

En estos días difíciles se están portando fantásticamente, y estoy aprendiendo que de verdad, de todo lo malo se saca algo bueno, que es con lo que hay que quedarse. Si en un momento malo hay quien me ha fallado estrepitosamente sin esperarlo, también hay quienes me han llenado de cariño y amistades recuperadas también sin esperarlo, quienes me están demostrando que de verdad están "para las duras y las maduras", como dicen. Es algo muy grande que yo no me esperaba. Y eso se agradece, y da tranquilidad. Si de algo sirven las pruebas de fuego es para eso, para ver quién da la talla y con quién no se puede contar, para estar seguro.

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