viernes, 15 de junio de 2007

Mi minúsculo bolsillo


Ojuuuuuu que dolor de espalda! Por lo visto es de la mala postura. Me duele justo en la base del cuello y entre los omóplatos, un poco más arriba. Es de estar encorvada, pero digo yo... ¿Alguien estudia con la espalda recta? (era más corto decir que si alguien estudiaba derecho, pero se prestaba a chistes fáciles) Como no me pasen los folios como la pantallita esa que le pasa el texto a los presentadores de tv... He acabado definitivamente odiando a mi silla, y he ido a por una al salón, hasta que odie a ésta y vuelva con la de antes. Mi cuerpo me pedía a gritos esta infidelidad.


He quedado dentro de un rato a cenar con una amiga, que ayer le dieron la nota de la última asignatura de la carrera, ya se le puede llamar "lisensiada", jeje. Pero me da mucha pena que no pueda celebrarlo con una buena juerga con ella, porque el tiempo aprieta y mañana hay que madrugar (no tanto como en estos últimos días, que el cuerpo ya me ha dado un zumbidito) y estar despejada. Ya la resarciré cuando tenga más tiempo libre. Me habría gustado regalarle algo, aunque fuese un pequeño detalle, pero tampoco tengo tiempo, y eso me gustaría pensarlo bien. Qué mala vida es ésta de estudiar. Y para colmo escuché hace unos días en el telediario, a propósito de la selectividad, que los sueldos de los licenciados no son ni de lejos los más altos del panorama español... se confirma que lo hacemos por amor al arte. Supongo que será cierto pero también creo que todas estas horas de sacrificio se merecerían una recompensa mayor... a la mierda (perdón) todos esos modelos estadísticos en los que, para calcular el sueldo de una persona, se multiplica por un porcentaje el número de años de estudio (en esos modelos también te restan una constante si eres mujer), entre otras cosas.


Cuando veo a todos esos elementos de los programas de televisión , todos esos advenedizos y presuntos delincuentes que van de cadena en cadena y de programa en programa, para inflar su ego y su cuenta corriente a partes iguales... en esos momentos me miro y veo mi lamentable aspecto físico, mi humor agriado por la preocupación, siento mi dolor de espalda, pienso en la miserable cifra de mi cuenta corriente construida a base de donaciones paternas... y en ese momento no es que piense si merece la pena hacer lo que hago, porque estoy segura de que sí; lo que pienso es que algo va mal. Que no puede ser que en el medio de mayor difusión se dedique todo ese espacio a mostrarnos en todo su esplendor, vestidos de la cabeza a los pies de los mejores diseñadores, maquillados y estupendos, a ladrones y gente que ama al dinero fácil tanto como ignora a la honradez y al sentido del ridículo. Que todo ello deteriora la moral y los valores de una sociedad supuestamente avanzada.

1 comentario:

Nita dijo...

Totalmente de acuerdo, está mal repartido todo y no es justo que el sueldo no sea proporcional al esfuerzo del trabajo.