sábado, 2 de junio de 2007

Escribir

Escribo sin saber porqué, por necesidad, por olvido y por recuerdo. Escribo porque sé que me libera, porque me relaja y me tensa, porque no podría dormir ni un minuto sin redimir este sentimiento de angustia contenida y adormecida. Escribo porque me acerca a lo que deseo, aunque en el intento de acercarme sienta que estoy más lejos que nunca. Escribo porque tengo la necesidad de creer que éste es algún modo de conseguir lo que sé que jamás alcanzaré, por ahogar deseos de grandeza masoquista ya que deseo darme cuenta externa de aquello que reside en lo más profundo de cada pensamiento, de que tengo la convicción plena de que debo asumir que jamás se realizará.

(Este primer párrafo, que sólo tiene sentido para mí, lo escribí al llegar a casa de madrugada después de estar tomando unas cuantas cervezas)

Quizá sea mejor no preguntárselo, quizá lo que deba hacer es dejar que fluya, que pasen los acontecimientos como una película, observando cómo transcurren. Hoy no estoy inspirada, y casi mejor, para dejar que la concentración pase y que los tormentos no se apoderen de mí. Necesito horas de estudio efectivas, no la sensación de estar estudiando, sino hacerlo de verdad. Hace días que no me siento a memorizar y a aprender para recitar después, y mi estado de nervios lo necesita, la ansiedad me está superando en esta fase como hace tiempo que no me superaba. Dedicaremos lo que haga en esta intensa mañana al recuerdo de todos los que quisieron hacerse olvidar. Porque no se lo merecen, y porque me apetece.

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