domingo, 15 de febrero de 2009

Incapaces de amar


Resulta ser una macabra casualidad el libro que me estoy leyendo y los sucesos de los que he tenido noticia en las últimas horas. El libro se titula “Los hombres que no amaban a las mujeres”, y aparte del hecho de que en cierto capítulo, se habla de una serie de crímenes extremadamente violentos que se cometieron contra mujeres, el libro refleja diversos tipos de relaciones, entre las que se incluyen algunas desviaciones comunes, pero desconocidas, como es el sadismo.

No sé si el monstruo que ha sesgado la vida de la muchacha de Sevilla es un sádico o no lo es, no soy experta en la materia (afortunadamente), pero lo que sí es cierto es que sufre algún tipo de desviación seria. Se dice que “matar es muy, muy fácil, pero hay que estar hecho de una pasta especial”, y más aún para derrochar tanta crueldad con alguien a quien has querido. Pero, perdónenme que no me crea que la quisiera en momento alguno. Hay personas que tienen recortada la capacidad de amar, e incluso la de la empatía. Esos son los psicópatas. Afortunadamente, no se considera atenuante a la hora de establecer la pena, y quien sufre de estas características, es imputable como el que más (sólo faltaría).

El estar leyendo el libro, y el hecho de que al tiempo de haber llegado al capítulo de los crímenes, haya coincidido con la confesión del asesino de Marta del Castillo no hace sino demostrar la triste, desagradable e injusta –injustísima- actualidad de los crímenes machistas. Tal y como reza el título, son innumerables los hombres que no aman a las mujeres, y es que la misoginia, que nadie reconoce pero que más de los hombres que se cree la padecen en uno u otro grado, es, junto con el hambre, el problema más grande que hay en el mundo. ¿Será el miedo? ¿Cuándo se dará cuenta el hombre de que la mujer es su igual y su compañera en la tierra? ¿Cuándo nos trataréis en paralelo? La mayoría de los hombres, en su fuero más interno, ve a la mujer como ese ser semejante que hace esfuerzos constantes por ponerse a su nivel. Es posible que en un momento determinado fuese así, y es que milenios y milenios estando rebajada a parturiento animal de carga no son tan fáciles de hacer desaparecer. Sin embargo, aún los hay que ven a su novia como una Termomix, que lo hace todo en tiempo récord y sin que te des cuenta de su esfuerzo (y para colmo, lo hace bien).

Yo diría que nadie se rebajase, que nadie aguantase ni una chulería, ni un mal gesto, ni una degradación de lo que cree que merece. Pero el problema es que cuando eso ocurre, a veces es tarde. Cuando el ex marido persigue a la ex mujer para matarla allí por donde va, cuando amenaza a toda su familia, cuando la persigue como persigue la mafia a un deudor, entonces poco hay que hacer. Es un problema de muy difícil solución, es una tragedia que no hay por dónde enderezar, y toda ella causada por el hombre, por ese ser que se empeña en mantener a la desesperada el puesto del trono en el mundo, que hace ya mucho tiempo que perdió.

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