jueves, 26 de febrero de 2009

...hoy quiero regalar una poesía


...pero no me nace la inspiración. La musa de mis sueños se esfuma entre tus dedos, y se marcha, estirada, melodramática y fría como las palabras de un adiós. Hoy me gustaría sentir intensamente tus caricias, las que se quedaron cuando me marché en el vagón. Quién me lo iba a decir, son esos días, yo en Londres, tú aquí, cuando más amor he recibido de ti.

Y sin embargo apuesto a que aún te quiero. A que tus palabras y tu atención son todavía mi rayito de luz cada mañana, a pesar de que no te des cuenta de que me los das. Da igual, yo me los invento y así sobrepaso la rutina de este trabajo que me consume... y es tanto así que cada pitillo que me fumo te lo dedico, aunque a ti nunca te haya gustado la nicotina.

Con la guitarra entre tus manos y mirándome de frente es como te quiero ver siempre, cantando esas cosas que sólo tú sabes escribir, y es que tus canciones son las más hermosas que he escuchado nunca... mucho más si me las cantas a mí. ¿Quién es Sabina? Y con permiso de Alejandro Fernández, tu boca canta más bonito cualquier verso que el más afamado cantante o cantautor.

Y en el quicio de la puerta espera una canción, entre las cuerdas de una guitarra oscura, esperando que la descubras y la saques a pasear. Igual que yo, que sin ser domingo de ramos me puse mi mejor vestido para quedarme en el muelle de San Blas... extraña manía la de quererte tanto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahora si que se me saltó algo del ojo...