martes, 11 de marzo de 2008

(Des)propósitos


Hoy es 11 de marzo. Aún no he salido a la calle. Probablemente el periódico recogerá que hoy hace 4 años de la mayor matanza terrorista en España.

Yo no quiero hacer ningún tipo de ridículo intento de reclamación sobre aquellos acontecimientos, en la memoria de todos quedan y sé que tanto las víctimas como los heridos que aún hoy sufren las consecuencias y sus familias son frecuentemente recordados. Porque no sé si es peor el que fallece o el que queda en coma, el que en un momento está y al siguiente no está y no sufre, o el que queda vegetal.

El juez Garzón, hace algunos meses en el marco de unos cursos de verano, en una conferencia apuntó que un el terrorismo como el islamista, cuyo objetivo es ciertamente irrealizable, ni siquiera a largo plazo –la desaparición de la cultura occidental- no tiene razón de ser y se (auto)destruirá. Pero esta misma afirmación dio lugar a numerosas críticas: ¿significa eso que un terrorismo como el de ETA, cuyo objetivo sí es realizable, está destinado al éxito de su misión? ¿o que jamás será destruido? Se le plantearon estas preguntas y lo negó tajantemente: “No, no he querido decir eso”. Pero no aclaró si el propósito de la escisión de España y la constitución de una república abertzale podían ser tomados como objetivos realizables a través de la violencia.

No me pronuncio sobre esto, únicamente recojo este recuerdo que me ha venido a propósito del triste aniversario de hoy.

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