jueves, 17 de julio de 2008

Huéscar everywhere


Primero fue en la facultad: en la cafetería, a la luz de unas patatas fritas con Ketchup para cinco, descubrí que la amiga de una amiga, todas compañeras de carrera, ¡era del mismo pueblo que yo! O más bien, que sus padres y los míos eran del mismo pueblo. Sorprendente, ya que su ciudad, la mía, y el pueblo en cuestión, estaban todos a tomar viento respectivamente.

El plato fuerte vino en Londres: desayunando los crispis de la residencia, toda sobá un día cualquiera, descubro que mi compañera de mesa es, además de española, del mismo pueblo. ¡¡En Londres, una huesquerina!! Esto son palabras mayores. Con gran suerte para mí, era un encanto de niña y nos hicimos íntimas. Hacerse amigos de Huéscar en Londres, manda huevos, que diría Trillo. Huéscar is International, qué cosas.

Pero ya para colmo, en el día de bienvenida al despacho en el que voy a trabajar, en una de esas conversaciones por compromiso, ¡¡descubro que el chico que se sienta a mi lado es también de Huescar!! ¡Pero qué es esto! ¿Una persecución, la multiplicación de los huesquerinos por el mundo? Si es que estamos por todas partes, ya lo dice hasta la Frikipedia, y cito textualmente: “Además los hueskerinos, que son grandes aventureros, tienen un magnetismo que hace que se encuentren en cualquier punto del planeta, ya sea en Australia o en una discoteca de la herradura”.

Tengo que añadir que en Huéscar hay una curiosa obsesión por averiguar el árbol genealógico de todo el mundo, o el “tú de quién eres” que ya comentaban los de No Me Pises Que Llevo Chanclas: “Y tú de quién eeere zagaaaala”. Así que, fruto de la genética y el cotilleo, cada vez que realizo una de mis adquisiciones de homo huesquerinus por donde voy, viene la consabida conversación en mi casa (yo, previéndolo, ya acudo documentada):

- ¿Y de quién es?

- Pues no sé, dice que su padre tiene una imprenta y que su madre toca la flauta travesera.

Si es mi madre dirá “le preguntaré a tu tío, que conoce a todo el mundo”. Si es mi padre, se desollará por averiguar sus raíces genealógicas hasta que lo consiga. Luego me contará toda la historia hasta sus tíos abuelos y primos segundos, bueno es él.

Yo propongo que, para que nos conozcamos todos ya del tirón y para evitar las explicaciones de mi padre, que hagan un programa a imagen del que ya hay en las autonómicas que se llame “Oscenses (o huesquerinos, para entendernos) por el Mundo”. Somos la plaga del siglo XXI, y el que avisa no es traidor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cierto lo de que los oscenses (huesquerinos) estamos en todas partes. Yo fui a Alemania a hacer un curso, y la traductora de Burgos, al decir que yo era de Huéscar se quedó superpillada porque conocía a otros dos hermanos de Huéscar que vivían allí, y su pregunta fue... pero cuántos habitantes tiene ese pueblo para que estéis tantos por aquí?