viernes, 23 de mayo de 2008

Auto~~~

Como dice mi última entrada, de hace ya tanto tiempo, qué importante es la confianza. Es bonito y necesario tenerla en el otro; si bien no en todo el mundo (no vamos a ser ilusos, un exceso de inocencia es perjudicial), sí que es conveniente y hasta imprescindible tener a alguien en quien confiar, imitando la frase de Serrat. Pero en primer lugar es preciso tenerla en uno mismo. Y suena fácil, pero no lo es tanto.

Decía Gabino Diego en una entrevista que ser actor puede ser la profesión más fácil y la más difícil del mundo. Si tienes ese don, es tremendamente sencillo, pero si no lo tienes, es que no te sale, por más interpretación que estudies y por mucho que te esfuerces (mira, si no, Elsa Pataky... aunque oye, ¿quién dice que para ser actor hay que actuar bien? El panorama está plagadito de ejemplos. Me estoy dando cuenta de que esto da para rato... lo dejaré para otro día). Con la confianza en ti es el mismo caso. Si no tienes confianza en ti de forma natural te tirarás toda tu vida esforzándote por mejorarla, alimentándola, haciendo ejercicios mentales de auto-aprobación, repitiéndote que sí que vales, los hay que incluso van al psicólogo (de ilusiones también se vive, y los psicólogos tienen que comer). Meditación, reflexión, escribir, o simplemente ignorar la cuestión y tratar de pensar en ella lo menos posible para no recordarlo. Y tras todo esto, tras tantos esfuerzos, dinero y tiempo gastado, cuando la persona se siente fuerte, basta una frase inesperada, una llamada de teléfono que no sale como se quería, una situación que no se controla, para que todo se vaya... digamos al garete. Y es que la cabra tira al monte.

Aún así, todo se puede y se debe controlar, cada cual tiene su cruz con la que hacer el camino, y no porque la tarea sea dura debe ser evitada. Quizá llega un momento en el que, de representar el papel de persona segura, el personaje se trague a la persona. Quizá yo algún día sea como Shark. Ahora mismo soy más de Ally.

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