lunes, 15 de octubre de 2007

Estrés, Dover, Relax




Llevo muchos días sin dedicarme tiempo a mí, sin pensar en qué quiero o en qué necesito. Puede parecer de un egocentrismo feroz, expuesto así, pero lo cierto es que lo echo en falta. No vivo sino para el exterior, sin pensar en mí, sin sentirme individual, sólo como parte de un grupo en el que, además, tampoco soy parte integrante-integrada. Todos los que estamos aquí nos encontramos de un modo similar, y eso crea unión. Sin embargo, nos falta ese "algo más" que te hace sentir en casa vayas donde vayas: tu historia a cuestas, la confianza, el conocerse. Somos caras, hace un mes no existíamos para nadie, y lo percibimos todos entre nosotros. No hay más vínculo que el presente, es como comenzar a coser sin anudar al extremo del hilo: si tiras sólo un poco más de la cuenta, toda la tarea se deshace porque no hay una raíz bien asentada. Eso se une a que el ritmo de trabajo de aquí no lo termino de coger, es muy diferente, no me acabo de hacer a la idea de que no estoy de turismo, y aunque el ambiente no ayuda a centrarse yo debería tener la capacidad suficiente como para darme cuenta de cómo tengo que actuar. Al final es todo eso: actúo por imperativo: si me proponen un plan no sé decir que no, y no porque necesite alocadamente salir, estar de fiesta, hacer cosas y cosas. Es, pensándolo un poco, que necesito crearme vínculos fuertes aquí que me hagan sentir a gusto, protegida. Eso no se hace más que pasando tiempo con la gente, compartiendo experiencias, hablando, haciendo cosas juntos. Tiempo y tiempo. Pero, a la vez, en una vida hay miles de cosas más que hacer, y además del ocio, e incluso además de estudiar (y todo lo que conlleva) hay que poner lavadoras, secadoras, mandar emails, hablar por teléfono con la familia, hacer la compra, cargar el móvil, ordenar la habitación...




En resumen me siento descentrada, desordenada, desconcentrada. Nerviosa, permanentemente activa y alienada. Tengo que meditar cómo salir de esta espiral, no es tan sencillo como dedicarme tiempo a mí, porque también tengo esa necesidad de tener vínculos fuertes aquí, no puedo ahora ir de individualista, perderme de todos, porque percibirían que no quiero saber de ellos. No tengo tanto tiempo como para demostrar a largo plazo a quienes me importan que sí que me importan y es sólo que paso una época de estrés, no quiero que pase mi estancia aquí de esa manera. Tengo que pensarme un plan de acción. Escribiendo esto me he dado cuenta de muchas cosas, como siempre me pasa que me pongo a escribir. Sin embargo, he destapado el problema y no he encontrado la solución. Al menos ya es algo, es casi lo más importante saber qué ocurre para a partir de ahí actuar.




Ayer pasé el día en Dover. Un sitio que recomiendo visitar. Es poco conocido, yo hace tiempo oí hablar de él, y desde que sabía que iba a venir a Londres quería visitarlo; sin embargo, cuando comentaba que tenía ganas de ir encontraba poco entusiasmo, parece que no es demasiado popular, o al menos no tanto como otros lugares más famosos. De todas formas fuimos, dos horas y media de autobús que merecieron totalmente la pena. Además hizo un día estupendo, ni una nube, buena temperatura, y con pocos -muy pocos- turistas. Un ambiente muy tranquilo, un paisaje espectacular -los white cliffs, o acantilados blancos, son para retenerlos en la memoria-, un castillo alucinante, colinas verdes, aire limpio. En resumen, un buen día para relajarse, justo lo que vengo necesitando.

No hay comentarios: