miércoles, 2 de enero de 2008

En el mismo principio...y ya se acerca el fin


Naturalmente, no lo cumplí. Ni ese día, ni al siguiente, ni al siguiente. Tres semanas que se han escapado sin darme cuenta. No sé en qué he empleado el tiempo, que ha pasado, se ha esfumado sin apenas disfrutarlo. Ahora no tengo nervios, ahora lo que tengo estrés, ansiedad o como se quiera llamr. No me da tiempo, no puedo, no puedo. Veo los folios, el trabajo, la lista de tareas... todo ello se me va amontonando encima de los hombros y de la cabeza, me va aplastando y haciendo desaparecer. No quiero volver a Londres, sólo quiero acabar esta agonía de trabajos, de exámenes, de carrera interminable que no sé bien a dónde me lleva... pero tampoco quiero llegar al abismo al que conduce, no sé qué hacer con mi vida, no creo en el destino, en dejarse llevar por el transcurso de los acontecimientos. Estoy convencida de que tengo que intervenir pero no sé cómo, es como estar esperando para entrar a saltar a la comba pero nunca me decido, no sé si comenzar por lado derecho o por el izquierdo, nunca veo el momento oportuno, pienso: la próxima vez que pase la cuerda, salto. Y la cuerda vuelve a pasar, y yo sigo sin entrar.


La tristeza y los nervios me han sumergido en un estado de bloqueo, de dolor de espalda y de odio al mundo. Sólo quiero estar sola, sin nadie. No quiero ver a mi familia, no quiero amigos, no quiero abrazos, no quiero preguntas... sólo quiero libertad, tiempo, aire, despreocupación, irresponsabilidad... odio tener tarea, tener trabajo, no quiero ni siquiera tener que hacer la cama. En estos momentos rechazo cualquier deber pero al mismo tiempo mi carácter se enfrenta a esos sentimientos, me encuentro en una tierra de nadie, en un estado que ni yo misma comprendo, que no me gusta, del que quiero salir, pero no de cualquier modo. Como se suele decir: que se pare el mundo, que yo me bajo.

No hay comentarios: