sábado, 28 de mayo de 2011

Bah -ni ganas de titular tengo-

A estas horas de un viernes por la noche me siento rara, me siento mal. Tengo muchas preguntas y prácticamente ninguna respuesta. Sobre muchas cosas de la vida. Cuándo es el momento para dar algunos pasos, cuándo no es demasiado arriesgado tomar decisiones si no tienes una red en la que caer, a dónde quiero dirigirme, qué es lo que de verdad me importa (y qué es lo verdaderamente importante), dónde están esas amistades que un día me decepcionaron, por qué aún me duelen, y si existieron algún día en realidad. Por qué es viernes noche y estoy en casa sintiéndome triste y jodidamente vacía, por qué todo me parece una chorrada y nada me estimula cuando sin embargo sigo dándole tanta importancia a todo y continúo tomándelo todo tan a pecho (malísima costumbre, por cierto).

No sé si será algo tan absurdo como el síndrome premenstrual, si es que el cuerpo acusa que haya dejado de tomarme la pastilla de la felicidad o simplemente que soy así de asquerosamente tendente a la depre. Quizá también es posible que sea porque se me ha fastidiado un plan a última hora y que estoy cabreada como una mona.