martes, 26 de enero de 2010

Tarde desaprovechada

Llevo una tarde terroríficamente improductiva. Con los folios delante y no soy capaz ni de leer. Qué tedio... y eso que esta mañana me comía el mundo, y me ha cundido muchísimo. Me siento falta de motivación, y eso que aún es martes. Hasta que llegue el viernes... estoy terriblemente aburrida y miro los temas hasta con asco, con las ganas que empecé esta semana y mira, dos días y medio me ha durado. Me imagino que habrá días de todo tipo, pero hoy me da envidia todo el mundo que trabaja y hace algo productivo, y mi objetivo se me antoja más irreal que nunca. Pf. Mañana será otro día, y espero que no haya muchos como éste.

sábado, 23 de enero de 2010

Vuelta a las buenas costumbres

Esta semana ya he vuelto al ritmo normal, y he ido de nuevo a la biblioteca por las mañanas. Lo echaba de menos, la rutina me tranquiliza y me hace concentrarme y aprovechar más el tiempo. Lo malo es que he tenido dos días academia, y eso agota, pero lo bueno es que ya he pasado los temas de informática, que son los que menos me han gustado de todo lo que llevo estudiado. Ahora me meteré de lleno con Administrativo, y ya no lo soltaré hasta primeros de junio. Le tengo miedo, porque en la carrera no era mi asignatura favorita precisamente, aunque por otra parte, tengo ganas de empezar, porque así me sentiré más de lleno en la oposición, ya que es la parte más importante del temario y lo que creo que es más práctico. Por eso quiero cogerlo con fuerzas, para ir asentando bien los temas cada semana (ya sé que de los buenos deseos de cada sábado, a los resultados reales de cada viernes hay un laaargo trecho, pero más vale proponérselo al menos!).

Se ha apuntado a la academia un chico del que era vecina en mi antigua urbanización, y parte de mi pandilla en mi última época allí. Me ha dado mucha alegría, y ya estamos planeando juntarnos de nuevo unos cuantos de entonces el fin de semana próximo. Qué curioso! Las vueltas que da la vida, las cosas tan distintas que hemos hecho los dos en los casi diez años que llevábamos sin vernos, viviendo en sitios diferentes, cada uno por un lado... y hemos terminado preparando las mismas oposiciones en la misma academia!

Hoy es mi día de descanso, aunque es un poco fastidio porque ha vuelto el mal tiempo y además mi novio tiene que trabajar mañana y tarde todo el fin de semana, así que ni siquiera sé si nos veremos en algún momento. Lo más probable es que no, y como mis amigas ya tienen planificado al minuto el fin de semana desde el lunes pasado, ya estoy hecha a la idea de que hoy no saldré de casa. Eso sí, para rentabilizarlo al máximo he decidido comenzar hoy con la rutina que pretendo seguir: hacer bici estática y vibromax a diario. Por el momento, experiencia a olvidar. Hace una hora que acabé de los 15 minutos de una, y 10 minutos del otro, y YA siento las agujetas. Tengo menos forma física que una babosa. Eso sí, mientras lo hacía, me he puesto "Vuélveme loca" y una tal Jenny de MYHYV me ha dado el consejo de mi vida: que no me opere las tetas antes de los 18 años porque me pueden crecer más, y que cuando vaya a los rayos uva no me meta en el modo horno.

Menos mal que he estado avispada y lo he pillado, que si no...

domingo, 17 de enero de 2010

Sorteos de blogs

No sé si es cosa de la crisis o qué, pero me encanta la moda de que en los blogs se sorteen cosas! Hay uno estupendo aquí: http://estanochesoyunaprincesa.blogspot.com/2010/01/sorteo.html

Sortean un vestido genial!

Me he apuntado ya a varios, y por supuesto que no me ha tocado nada, ya que yo no gano ni a las chapas, pero como soñar es gratis y si no lo intento desde luego que no ganaré nada...

¡A ver si hay suerte!

sábado, 16 de enero de 2010

Lo mío es el orden desordenado


Qué bien me siento tras estos días en Madrid!! Me apetecía, pero no sabía que me iba a venir tan bien. He estado agustísimo en casa de Laura, me he sentido como en mi propia casa, y desde luego que eso ha sido por mérito de ella por completo, que me ha dado libertad total, juego de llaves incluido. No me podía haber tratado mejor. Me ha gustado prepararnos el desayuno, la comida y la cena juntas, quedarme estudiando cuando ella se iba a trabajar, sentirme con la libertad de coger su ropa, su maquillaje y sus cosas de aseo como si fueran mías, compartir copa cada noche después de cenar, volver a ir de tiendas juntas... lo normal! Sólo que desde hace un par de años eso sólo lo hacemos muy de vez en cuando, por estar tan lejos.

Ahora que estoy de vuelta vengo inspirada, a ver si puedo ser un poco más ordenada, que daba gusto cómo tenía todas sus cosas, así que es un propósito que me he hecho que intentaré cumplir, porque se gana tiempo y me gusta la sensación de saber dónde tengo las cosas... quizá algo normal para el resto de la humanidad, pero toda una utopía para mí! Así que he decidido empezar por el armario, y por eso llevo toda la tarde recolocándolo, metiendo cosas en cajas, doblando pañuelos, pashminas y cinturones, que antes campaban a sus anchas, colocando la ropa por colores y tipos... La moraleja es que para ordenar hay que desordenar previamente... Ahora tengo el cuarto que parece Bosnia!! No sé si me animaré a esto... Por lo pronto la cara de incredulidad de ha puesto mi madre cuando se ha pasado por casualidad por mis confines ha sido muy reveladora... aunque puede que fuera la misma que yo pondría si alguien me dice que se ha propuesto seriamente ser ordenado y dos horas después encuentra en sujetador colgando de un espejo y dos maletas en medio de la habitación.

Me voy a la ducha que ya se me está haciendo tarde!!! Que Celda 211 empieza dentro de menos de 2 horas!! Y después un poquito de ruleta, a ver si consigo superar mi miedo de retirarme cuando llevo ganados 5 euros, que soy una cagada.


* La foto está sacada de http://comunikaos.blogspot.com/2008/01/orden-desordenado.html, por tanto no es de mi armario... pero podría.

viernes, 8 de enero de 2010

Y tú, ¿comentas?

Últimamente diferentes medios se han hecho eco del fenómeno "blog", que parece que está de moda, aunque no entiendo muy bien quién decide poner algo de moda ni por qué, es decir, cuál es el motivo por el que algo que lleva exisitiendo cierto tiempo de repente adquiere una especial relevancia. He visto reportajes en programas de magazine, artículos en revistas, e incluso reseñas en otros blogs (metabloggueo, lo llamaría yo... como es el caso de este post).

No recuerdo cuándo tuve conocimiento por primera vez de lo que era un blog, y el primero de mi cosecha lo abrí... (tengo que hacer memoria) en enero de 2006. Tras unos meses de escasas entradas, menos comentarios aún, y un soberano aburrimiento porque no conseguía entender el método de editar las entradas, decidí abandonarlo y abrir otro (éste) en blogger. El motivo era el mismo por el que continúo escribiendo: me gusta escribir, y desde los ocho años he tenido diario, más o menos activo según las épocas. Me parece más seguro tenerlo en Internet que en papel, aunque paradójicamente Internet sea lo más abierto al mundo que hay, pero es como lanzar un mensaje en una botella al mar: para que lo encuentre alguien que me conoce y además me reconozca... De cualquier forma ya no escribo tanto sobre mi día a día, sino más bien reflexiones, porque poner las cosas por escrito me ayuda a ordenar mis propios pensamientos, y porque me gusta recordar situaciones, temores, alegrías o sentimientos pasado un tiempo.

Llevo ya más de dos años y medio con este "Periodicario". No tengo contador de visitas, porque no escribo para que me lean. Alguna vez lo he tenido, movida por la curiosidad, la verdad, y para mi sorpresa, las visitas son muchísimas más de las que yo creía. Parece que, o bien mis lectores son tímidos y no se animan a comentar, o bien es gente que llega hasta aquí por error y rápidamente se marchan... porque creo que en cuestión de unas tres semanas alcancé las dos mil visitas y, sin embargo, apenas tuve uno o dos comentarios. Éstos siguen brillando por su ausencia, y quienquiera que se detenga a leer esta página pensará que me dedico a predicar en el desierto. Pero ni es así porque, por un lado, sé que hay muchos en la sombra, y por otro lado, mi afán no es el de contar a nadie mis cosas, sino el que explico en el párrafo anterior.

Todo esto lo digo por un artículo que leí ayer, que dice que entre la multitud de blogs que pueblan Internet se produce un fenómeno de selección natural, y que sólo aquellos que verdaderamente lleguen a la gente y gusten se mantendrán, retirándose por aburrimiento los "bloggueros" que no consigan atraer a los lectores, y el autor del consabido artículo mide el gusto o la aversión del público a través del número de comentarios de los lectores, al igual que las revistas y periódicos lo miden por ejemplares vendidos. Esto no es rigurosamente cierto, ya que no todo el que lee comenta, aunque sí es verdad que el "feedback" que dan los comentarios anima a cualquier autor de blog, y da la sensación esa que he dicho de no estar predicando en el desierto. Pero claro, eso es aplicable solamente a aquellos que escriben para proyectar sus ideas, lo que no es mi caso.

Me encanta tener mi blog, poner mis chorradas, actualizarlo, dedicarle unos minutos al día, responder a los poquitos comentarios y releer las cosas que escribí hace tiempo, porque es una pequeña historia de mi vida, y para que sea mi vida no es imprescindible que los demás la contemplen y me cuenten qué les parece. Aquí cuento mi época de piso compartido, mi final de carrera, alegrías y fracasos amorosos, mi Erasmus, mi época como abogado en un despacho grande, la decepción que le siguió, mi decisión de opositar, mis primeros pasos como opositora... eso me basta, y por ello le tengo mucho cariño. No me gusta que todo se resuma en comentarios o visitas. Y si llega hasta aquí alguien que también tiene blog o está pensando abrir uno, no te desanimes y mantenlo: si te gusta escribir eso es más que suficiente, el blog es un fin por sí mismo, escribir es un hobbie muy sano que no tiene como condición necesaria la exhibición pública.

Por mi parte, sigo muchos blogs, pero comento muy de vez en cuando, muchas veces me da pereza, otras voy con prisas, y otras veces siento que tampoco interesa lo que yo tenga que decir al respecto. Al final sólo lo hago cuando de verdad creo, modestamente, que puedo aportar algo, o cuando, por algún motivo, le tengo un especial cariño al autor del blog. La verdad es que me da una vergüenza enorme ponerme a opinar. Sin embargo, me siento muy contenta cuando veo cualquier saludo tras una entrada del Periodicario, y me sorprende enormemente, ya que no logro comprender que despierte interés lo que escribo. Aún así, continúo con este cuaderno de notas, como yo lo considero, porque es de las pocas cosas que me dan sensación de continuidad cuando todo cambia.