sábado, 18 de julio de 2009

Acumulación de sucesos

Lo que está pasando estos días aún no me lo creo. Tengo que repasar conversaciones, tengo que comprobar constantemente que es cierto porque me resulta difícil de creer. Y es una sensación agridulce. Son días llenos de momentos sentimentales. Esa persona que está tan metida en tu vida y de repente se va, cuando forma parte de tu rutina de ti día a día sin darte cuenta, cuando puedes contar con ella en todo momento, y de la noche a la mañana te dicen que se termina. Ese correo que envió... que no sé por qué, pero fue cuando me di verdadera cuenta de que ella se va. Nos llevamos despidiendo una semana, pero sólo ayer fue consciente de la realidad.

Por otro lado, que mis niñas del departamento digan que se van. Que a Laura le hayan felicitado, lo que me llena de orgullo. Que yo sospeche seriamente que me largan. Y todo ese maremágnum de sucesos envuelto por lo más importante de todo, lo que ahora me mantiene en vilo.

Yo ahora no me quiero ir. Es mi pequeño mundo. Es toda mi vida ahora. Quién me lo iba a decir, con tanta putrefacción como contiene, que hayan florecido tantas cosas bonitas en esa oficina.

Me siento muy, muy afortunada con mi vida.

jueves, 9 de julio de 2009

Jugando a los bolos



Eran cuatro y queda una. Que si la crisis, que si les falta algo... nadie sabe por qué, pero ya da igual. Es cierto que es mejor caer en gracia que ser gracioso, y es complicado caer en gracia, no se sabe qué tecla es preciso pulsar, es imposible de adivinar. Simplemente hay que confiar en la suerte y que sea lo que tenga que ser.

Ha sido la primera fase de la ronda de despidos, en próximas ediciones llega la mía. No sé si me alcanzará la bola o si me mantendré en pie. Reitero la última frase del primer párrafo.

Me duele por los que se van, hoy ha causado baja una chica de las que consideraba amigas del despacho. No por esperado ha sido menos doloroso. Por otro me alegro de que quien ha quedado ha sido mi "imprescindible" (aunque, en realidad, nadie lo sea). Nos hemos ido unos cuantos de cañas y tapeo para que se sintieran más arropados, pero ahora, en sus pisos alquilados, solos y en una ciudad que se les antojará más extraña y poco acogedora que nunca, morderán la sensación de fracaso que nadie les puede quitar.

This is life...

martes, 7 de julio de 2009

Impar


Dos copas de ron con coca cola y unos cuantos frutos secos. Ésa ha sido mi cena. De nuevo con la ilusión perdida. Pero con la vista puesta en la amistad, siendo capaz de exprimir las cosas buenas de la vida, pendiente de lo que SÍ merece la pena. Quizá sea cierto, quizá no esté hecha para eso. Impar. Sí. Y qué.