lunes, 9 de julio de 2007

Summer song


Como dice el título de este blog, esto es un periodicario de estudiante, y como tal, está de vacaciones, como yo. Por eso -con la instimable ayuda de la pereza que me embarga- últimamente está siendo más periodicario y menos diario que nunca (no lo llamo periódico porque sería una ofensa a los periódicos de verdad).


Parece que el color propio de la raza mediterránea ya se me va pegando más. Hasta hace unos días era una especie de cosa lastimosa verde grisáceo enfermizo (color también conocido como morenoflexo), ahora ya me contrastan las camisetas blancas. El sol, que es bueno pa tó. Mañana me voy a hacer un miniviaje, y después a unos cursos de verano que me han concedido, qué ilusión. Con eso ya tengo copado el mes de julio...luego a ver cómo se presentará agosto. No tengo perdón si me quejo, pero reitero que el estar en casa sin una ocupación intensa y concreta me hace pensar demasiado en lo vacío de mi existencia. Estoy empezando a abrazar la idea de tomar como hobby los puzzles. Esos de tropecientas mil piezas que se tardan meses en hacer. Es en serio! Exige concentración, lleva tiempo, no tiene horarios fijos, se puede comenzar y popsoner para cuando se prefiera continuar, y se busca un resultado concreto. Me pone muy nerviosa hacer algo sin un objetivo concreto. Es como correr, me parece el deporte más absurdo que hay, con todos mis respetos a los corredores, pero no le encuentro el sentido, qué le voy a hacer. En un partido de fútbol se corre para llegar al balón y a la portería contraria, en el tenis para golpear la pelota... correr como un medio, que como decían aquellos, si hay que correr, se corre, pero correr pa ná... pues eso. En el deporte, en los hobbies y en general en todos l0s aspectos. Quizá me pase de pragmática, pero me parece necesario tener un estímulo concreto al final del camino.


En fin... cómo se me ha ido la pinza del tema de los cursos de verano. Pues eso, que espero pasarlo bien (que síiiii... y aprender mucho tambieeeeen).

martes, 3 de julio de 2007

Poniendo el huevo




Parecía que no, pero llegó. Llegó el final de los exámenes, mal que bien, la mudanza y las vacaciones. Ya visité la playa, aunque el sol parece como si se hubiera enfadado conmigo por todo el tiempo que llevo sin visitarle y no se me pega ni a tiros. El buen tiempo, el relax, el verme la serie de después de comer con mi madre (cómo la echaba de menos) y todas esas cosas en las que pensaba cuando los cafés me los bebía de tres en tres.




En cambio, siento un poco de desazón. Extrañamente, no me encuentro contenta del todo. Tampoco triste ni enfadada. Me siento rara y algo vacía. No acabo de encontrar mi lugar, y cuando vuelvo a casa no me siento en casa, y al mismo tiempo tampoco tengo "base de operaciones" allá, donde estoy el resto del año. Noto mi tiempo vacío, que trato de rellenar con actividades y sin embargo ninguna de ellas me llena. Quizá sea la neura de fase post-estrés, que hace que no sepa estar sin tener cada uno de los minutos del día ocupado, y la cabeza a reventar de actividad... o quizá, y es lo que más miedo me da, lo que ocurra sea que mi vida en realidad está vacía, que la ocupe demasiado la carrera, tanto que sin ella no tenga nada. No me apetece quedar con las (pocas) amigas que me quedan aquí, aunque ya lo he hecho, pero echo de menos a "mis niños" de allí, a los bares de allí, mi casa de allí, el ritmo de vida de allí... aunque esto es igual de bueno o mejor, pero es que me siento fuera de lugar.




Mañana vuelvo, iré a ponerme los implantes que necesito, y me da mucho miedo. No es miedo al dolor (bueno, un poco, pero es lo de menos), sino a oír. A oír cómo suena el taladro en mi encía, a ver sangre, a la hinchazón de después... ay, madrecitaaaa...cómo será eso.